Paysandú, Jueves 16 de Julio de 2009
Locales | 09 Jul El edil frenteamplista Francisco Debali destacó el aporte que se realiza a los sectores carenciados de la sociedad con los siete comedores barriales y el número 52 en el centro de la ciudad. Admitió que “es cierto que administraciones municipales anteriores realizaron políticas en el mismo sentido, pero creo que hay diferencias notables en favor de la actual. Para empezar -aseguró- ya no hay matones barriales que decidían por sí y ante sí, sin responder ante nadie, a quién le daban y a quién no le daban un plato de comida. ¡Eso se terminó, hoy los platos de comida van a los verdaderos destinatarios, los necesitados, se terminó el clientelismo y el amiguismo!”
Sostuvo el edil que “se cumplen controles para evitar que en los traslados los alimentos se pierdan ‘por el camino’, que según se comentó en su momento iban a parar a ‘otros lugares’. A veces, hasta en pequeños comercios de aquellas figuras catalogadas como matones barriales. Se puso énfasis en el carácter social de estas tareas, con la participación de asistentes sociales se comprobó la necesidad de los solicitantes para poder ser asistidos, se arreglaron los locales desde el punto de vista físico para transformarlos en ambientes limpios, acogedores y pasaron a ser ahora lugares de encuentro de la gente. En esos lugares la alimentación es solamente uno de los componentes de actividades que se desarrollan”.
Debali señaló también que “se mejoró sensiblemente la comida, manipulándose alimentos de buena calidad pensados por dietistas que aseguran porciones adecuadas básicas diarias para los comensales. Se seleccionó personal especializado a través de llamados públicos y se capacitó al personal que ya venía actuando, destinado para esta tarea”.
Alimentación del alma
Subrayó que “de esta forma, estos comedores barriales pasaron a ser también lugares de ‘alimentación del alma’ al decir del Padre Monzón, porque se cumplen charlas sobre higiene, salud, alimentación, educación, se realizan y enseñan manualidades. Actualmente concurren cerca de 800 personas en forma diaria y se cocina en Ancap, desde donde transportan en camiones la comida acondicionada en recipientes térmicos especiales que brindan higiene y mantienen la temperatura adecuada de los alimentos. Esto de Ancap -recordó- se logró porque se tuvo conocimiento de que existía en esa planta una amplia cocina con todos los implementos de primera calidad, que estaba ociosa. Luego de cumplir gestiones ante ese organismo que culminaron exitosamente, en ese lugar cocinan para los comedores barriales e inclusive para los funcionarios del organismo, mediante un convenio que se firmó entre la IDP y Ancap: se abona un tique y una vez presentado se deposita el importe total correspondiente en la cuenta (BROU) de la Intendencia de Paysandú”. Reafirmó el curul que “el éxito de esta política demostró que los organismos oficiales pueden actuar en forma mancomunada, que pueden ser eficaces y eficientes pero además, como en este caso, actuar con responsabilidad social. Para que ello ocurriera hubo entrega de los funcionarios municipales, compromiso de los funcionarios de Ancap y respaldo del INDA. Con éste a su vez, se efectuó un convenio por el cual el comedor número 52 de la calle Ituzaingó fue remodelado y dejado en muy buenas condiciones desde todo punto de vista. En ese lugar el personal, poco más de media docena de funcionarios, atiende diariamente a cerca de 200 personas”.
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