PAYSANDÚ INTERIOR
BELLACO

Locales | 10 Jul Según la versión oral de sus pobladores, el nombre del pueblo surge de la naciente del arroyo Bellaco. Viven allí unas sesenta y cinco familias, en tanto por estos días avanza la construcción de treinta viviendas a través del programa Mevir, las que estarán prontas para enero de 2010. El primer plan data de octubre de 1994, mientras que el segundo es de enero de 2000. Es una zona preferentemente forestal, aunque con tambos de mediana producción, de entre setenta u ochenta vacunos por productor.
Bellaco se levanta en el mojón 4 de la ruta 25, trazado este que atraviesa de este a oeste parte del departamento de Río Negro y conecta, entre otras localidades, la ciudad de Young con la ruta 24 a la altura de Tres Bocas de Farrapos. El centro poblado está a unos veinticinco kilómetros de Young y setenta y cinco de Fray Bentos.
Como nos ha ocurrido en otros tantos centros poblados que hemos visitado, no faltó el vecino que nos guiara durante el tiempo que insumió nuestra visita. Cristian Kremer y Gonzalo Villavicencia fueron quienes nos ayudaron a conocer parte de una comunidad que respira aires de nostalgia de un tiempo que ya no está, pero también de un presente que pauta otras realidades.
Dos complejos Mevir --el primero levantado en terrenos vendidos por Antonio Guerra-- y otro en plena construcción, una escuela del otro lado de la ruta, un centro comunal, la estación de ferrocarril, la sede de un club de fútbol y otros edificios conforman parte de un territorio cargado de ricas historias de colonos alemanes que un día apostaron fuertemente a estas tierras.
Mientras caminamos por las calles del pueblo y visitamos los distintos lugares, don Cristian Kremer nos relata que la vida hoy es mejor. Las viviendas han cambiado mucho el entorno. “Para mi manera de ver ha cambiado mucho. Nosotros teníamos, antes, una chacrita allí abajo; pero no teníamos luz ni agua. A esta la teníamos que ir a buscar a unos doscientos metros y acarrearla a mano. Entonces, fíjese: ahora hace de cuenta que estamos ricos. La forma de vida nos ha cambiado mucho y hoy estamos mejor”. En cuanto a lo social, Gonzalo Villavicencia afirma que “un par de años atrás estuvo muy bueno, porque el Club Social y Deportivo Uruguay de Bellaco generaba un movimiento muy importante para todos los habitantes. Se trabajó muy bien. Por el año 1993 el club fue campeón participando en la Liga de San Javier. Luego, durante un par de años compitió en la Liga Sureña de Paysandú, pero todo eso ya forma parte del pasado. Hoy las cosas han cambiado y en el club ya no hay más actividad”.
En nuestra recorrida por los rincones del pueblo nos dirigimos al casco viejo, donde se levanta la estación de ferrocarril Bellaco, que otrora fuera un ícono de la zona. Allí nos presentaron al encargado, don Anselmi Taranto, quien llegó a la estación por el año 1971. El momento fue oportuno para conocer el movimiento que hoy tiene la estación, por la que cruza producción de madera en rolos para el puerto de Botnia en Fray Bentos. Mientras visitamos el lugar pudimos conocer los galpones donde llegó a funcionar la escuela del pueblo, que cambió siete veces de lugar.
Allí en Bellaco, por los años ‘60 operó una cantera de yeso de la empresa Iner, que remitía la producción a las plantas de Ancap en Minas y en Paysandú. Don Kremer nos cuenta que “en el proceso se extraía el yeso desde varias capas. A ochenta centímetros, a uno y  a dos metros de profundidad. Se sacaba el destape y los camiones transportaban el material hasta las plantas. Posteriormente volcaban el yeso en enormes recipientes, los operarios lo lavaban, lo pasaban a un agitador en un gran tanque, hasta que se separaba el material del resto de la tierra. La actividad se extendió desde el año 1966 hasta 1992. De la cantera, que se encontraba en un predio contiguo a la planta, se extraía hasta un 30% de yeso. Pero las utilidades se fueron achicando y se pasó a otro predio en el que apenas se extraía un 6%. Entonces, los márgenes ya no dieron. La empresa tomó un préstamo del Estado, se mudó para el lado de Florida, pero ya no daban los números”, comentó Kremer.
En la zona operaron graneros y los campos eran poblados por colonos --básicamente alemanes--, productores artesanales y chacareros. Mientras Kremer repasa con su mirada parte de los terrenos, recuerda algunos apellidos de los primeros colonos del lugar: Brehm, Ottoubrehm, Kremer, Schneider y Holstein, entre otros.