Paysandú, Jueves 16 de Julio de 2009
Locales | 12 Jul A comienzos del siglo XX, el poder de los médicos higienistas comenzó a micro censurar las conductas de la vida cotidiana. Entre otras, la indicación de evitar tanto el beso a los niños como el mate compartido situaba a los orientales a salvo de infecciones dentales, afecciones pulmonares o bronquiales y, en especial, las más temibles de la época: la tuberculosis y la sífilis.
Pero los consejos de abstinencia preconizados por los médicos del novecientos tuvieron en la práctica escaso impacto en la población.
A cuentas vistas, cien años después, la más hermosa costumbre de los uruguayos, el mate entre amigos, parece gozar de buena salud, ya que el setenta por ciento de los materos no tienen reparo en compartirlo. ¿Será porque se desconoce que nuestro fiel compañero se cuenta entre las vías de contagio de la influenza A H1N1?
Las siguientes estrofas no van contra el consumo de esta infusión, tan solo intentan ser una reflexión sobre esta realidad para, en principio, conocer su relación con el mate y posteriormente adoptar cuidados frente a nuestro rito ancestral.
Como todos sabemos, hace pocas semanas irrumpió en nuestro país el virus de la gripe porcina. Si bien nuestro pesado huésped parece optar por el hábitat rino-faríngeo, sabemos que con igual facilidad se aloja en la saliva, y la saliva en la bombilla, lo que transforma a esta última en un canal de transmisión viral. La doctora Elvira García, en un interesante trabajo incluido en una publicación de la Asociación Odontológica Argentina (Vol. 89. Nº5) --que por razones de espacio no podemos abordar-- desarrolló un ingenioso dispositivo para valorar la cantidad de saliva que se transfiere de un usuario a otro por medio de la bombilla.
Los estudios concluyeron que cuando el mate se bebe con fluidez queda una delgada capa de saliva, pero cuando la bombilla queda tapada, y es entonces mayor el esfuerzo de succión, la proporción de saliva remanente es creciente e inevitable resulta su intercambio entre los consumidores. Por ello el mate puede ser un transmisor de, al menos, esta nueva enfermedad.
Para mi asombro, en medio de la alerta sanitaria, los días transcurren como mate lavado, uno peor que otro, y las autoridades del Ministerio de Salud Pública mantienen un absoluto silencio sobre la relación entre el mate y la pandemia.
Curioso, ¿no? Casi el noventa por ciento de la población toma mate, ocho de cada diez afectados por influenza son del tipo A (H1N1) y nadie dice nada sobre los cuidados que se deben tener o de cómo se transmite el virus en relación a la infusión. ¿Se querrá evitar la psicosis colectiva, porque es una enfermedad de alta morbilidad --gran capacidad de enfermar-- pero de baja mortalidad? ¿La temperatura del agua será suficiente para afectar la transmisión del virus? No sé. No hay estudios ni información alguna que arroje luz sobre estos aspectos.
Sí sé que no sirve de nada limpiar la bombilla con los dedos o una servilleta, que el virus no se desplaza por si solo --no vuela-- y que, entre las modalidades en que puede transmitirse se encuentra el contacto que ocurre al pasar el mate o al sorber la bombilla.
Por ello debemos estar más atentos a los ámbitos en que participamos de la infusión, o si se quiere, in extremis, limitarse al consumo individual, ya que existen casos de manifestación asintomática de la enfermedad y el período de contagio puede iniciarse veinticuatro horas antes de la aparición de los primeros síntomas.
Por otra parte, el virus puede permanecer en superficies durante varias horas, por lo que resulta importante que al llegar a nuestro hogares lavemos bien todos los elementos del mate, al menos hasta que la pandemia disminuya su intensidad. Si ya tuvo la influenza A H1N1 y quiere compartir un mate con un amigo, busque a uno que ya la haya tenido, ya que no vuelve a contagiarse mientras el virus no mute.
Es bueno señalar que más allá de ser una de nuestras mejores costumbres originarias, el Instituto Nacional de la Yerba Mate de Argentina recordó las propiedades hidratantes que tiene el mate para hacer frente al virus de la gripe. Sin olvidar que los polifenoles de la yerba actúan como antioxidantes, aumentando las defensas del cuerpo, deteniendo el envejecimiento celular y reduciendo el colesterol malo. También es objeto de estudio su aptitud para la regresión de la ateroesclerosis, amén de que posee vitaminas del complejo B, potasio, magnesio y xantinas…. xantinas que estimulan el cuerpo, que estimulan el alma, el aroma de la yerba, el agua que entibia la garganta…
Javier Ricca
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