Locales | 13 Jul Mientras el barrio Curupí va tomando forma en su infraestructura, resta aún más de un mes para que se finalicen las obras más importantes, y las bombas de impulsión del saneamiento que se integrará al sistema de la ciudad están prontas para ser colocadas. Detrás del barrio, hacia el oeste, unas 40 familias siguen viviendo como ocupantes de terrenos privados, en la zona que no fue integrada a las mejoras que se hicieron en el marco del Programa de Integración de Asentamientos Irregulares, PIAI. Las calles del barrio siguen con el trabajo de los 40 obreros que la empresa Cujó emplea en la terminación de las obras previstas. De los trabajadores, once son salteños y 19 son sanduceros, y específicamente vecinos del mismo barrio Curupí.
QUEDARON 10 LOTES VACÍOS
Respecto a los habitantes del barrio y los “vecinos” de la zona oeste, Adriana Imperial, de Promoción Social de la Intendencia, explicó que funcionarios municipales “hacen estudios y seguimiento de la situación que se da en el PIAI y también en la zona vecina”. Explicó que una vez que se reacomodó todo el vecindario, y se hicieron los realojos correspondientes, “quedaron 10 parcelas libres, lotes vacíos, que se les brindó a familias que estaban en la zona lindera, que se definió por su situación económica, de salud y otros elementos”. Esos “beneficiarios indirectos”, como los definió la responsable de Promoción Social de la Intendencia, reciben los terrenos con las mejoras de saneamiento, luz y agua, pero “deben construir ellos su vivienda, lo que se les da es el terreno en propiedad”. Recordó que normalmente los trabajos por el PIAI son “sin vivienda, es solo la mejora del hábitat común, pero en este caso se hizo un acuerdo con el Ministerio de Vivienda y el de Desarrollo Social para brindarles mejoras en algunas viviendas, con aportes también de la Intendencia”.