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Paysandú, Jueves 23 de Julio de 2009

Prevenir en vez de llorar

Opinion | 20 Jul El viernes 17 de julio se conmemoró el Día de Prevención del Suicidio en medio de diversas acciones tendientes a disminuir la preocupante tasa de actos de esa naturaleza. Uruguay es el país de América del Sur con la tasa más elevada de suicidios y es el segundo de América Latina después de Cuba. Las cifras vienen aumentando desde 1990 con un pico máximo registrado en 2002.
Ante la magnitud del fenómeno, el año pasado el Ministerio de Salud Pública puso en manos de diversas instituciones una guía que aconseja cómo actuar ante personas propensas a ese acto. El material, primero de su tipo en Uruguay, se puso al alcance de toda la población, pero se distribuyó sobre todo entre funcionarios de la salud pública y privada, bomberos, agentes policiales y otro personal vinculado a personas con señales de comportamiento suicida.
Según la Revista Médica del Uruguay, la conducta suicida debe considerarse como un síntoma y no como una enfermedad, y en el 90% de los casos se asocia a una enfermedad psiquiátrica que sería condición necesaria pero no suficiente para cometer el suicidio. En quienes tienen esa tendencia se identifican eventos vitales adversos o factores estresantes como problemáticas familiares, amorosas, laborales, económicas, duelos, enfermedades terminales, aislamiento social, entre otros. También los acontecimientos vitales adversos vividos en la infancia, como pérdidas tempranas, abuso, violencia doméstica, desintegración familiar, originan vulnerabilidad.
En Paysandú, además de la atención que brindan profesionales de la salud, existe un grupo de autoayuda que desde hace varios años trabaja para ayudar a aquellas personas que se sienten deprimidas o que los problemas los aplastan y abruman. Revolución Bondad es un grupo integrado por profesionales y personas que sufrieron de depresión y que voluntariamente brindan de su tiempo y esfuerzo para ayudar a aquellos emocionalmente vulnerables, de forma de evitar que tomen la decisión de atentar contra sus vidas. Familiares y amigos también acuden para aprender a ayudarlos. Sus líneas telefónicas personales siempre están disponibles para escuchar a aquellos que necesitan desahogarse o simplemente una palabra de aliento.
El apoyo percibido, el sentirse perteneciente a una trama de relaciones personales y sociales es un factor de protección para la salud, y su pérdida o déficit colocan a la persona en una situación de riesgo. Por lo tanto, debemos tener presente que en diferentes medidas, todos podemos colaborar en la prevención del suicido.


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