Paysandú, Sábado 25 de Julio de 2009
Locales | 19 Jul (Por Enrique Julio Sánchez, desde Estados Unidos) Qué orgullo para un periodista ser considerado la persona más confiable en todo un país. Ese fue el título que el pueblo de Estados Unidos le otorgó en 1972 a Walter Cronkite, el maestro de maestros del periodismo del siglo XX, por encima de idiomas e ideologías, que acaba de fallecer a los 92 años en Nueva York.
Un grande, un enorme del periodismo, y al mismo tiempo un privilegiado que vivió para reportarlos a toda la nación grandes momentos históricos como el alunizaje del Apolo 11, el asesinato de John F. Kennedy y la guerra de Vietnam. Durante 19 años, entre 1962 y 1981, Cronkite estuvo al frente de “CBS Evening News”, al que convirtió en el principal programa de noticias de la televisión yanki, logrando ser el más prestigioso periodista de todos los tiempos, el referente obligado tanto de los ciudadanos comunes como de los principales políticos de Washington. Y al mismo tiempo, en una fuente de enseñanza para todos quienes también abrazamos esta profesión con la intención, como no, de resultar confiables, porque de eso se trata el periodismo.
Demasiadas muertes en las últimas semanas; famosas y de las otras. Tristemente en el Paysandú querido falleció en estos días Ramón Varela Nan, “Ramoncito” como se le decía para separarlo del “Peludo” Ramón Varela. Perteneció a la generación de actores de los años 70, y de ahí en adelante acompañó el devenir del teatro, como actor primero --en los tiempos en que dirigían “Pacho” Benítez y Luis Firpo-- y como director luego del Grupo Teatral de Cine Club Paysandú.
Con su característica barba y su voz pausada subió a la escena sanducera en aquellos tiempos difíciles del gobierno militar en la sala principal de Cine Club Paysandú (hoy sede de CACDU) y luego en el subsuelo de la misma, en Sala Dos.
A finales de los 70 y durante toda la década siguiente el teatro sanducero vivió sus mejores momentos hasta el presente, fermentales, creativos, enérgicos, mirando claramente la realidad y la gente. Varela Nan fue uno de tantos hombres y mujeres que pusieron su talento al servicio del arte esencial del hombre. Aunque la institución que los cobijo cayó en la dura batalla con las nuevas tecnologías (especialmente el video hogareño y, en segundo grado, la televisión) y la transformación de las costumbres de la sociedad que de pronto dejo de considerar al cine como el gran entretenimiento familiar, Varela Nan fue uno de los que se comprometió a mantener vivo al Grupo Teatral de Cine Club Paysandu. Y así lo hizo. Por aquí, en los States, metido en la piel de un inmigrante, la realidad cotidiana se nutre con las audiencias de la juez Sotomayor para acceder a la Corte Suprema de los Estados Unidos, la discusión del nuevo plan de salud, la crisis económica mundial, el virus del A H1N1, la realidad de los inmigrantes y una posible reforma durante este primer período de gobierno de Barack Obama. Precisamente en estos días se conoció una encuesta encargada por la agencia New American Media y realizada por la firma Bendixen & Associates, que revela que la barrera del idioma, el aislamiento social y el poco o falta de acceso a cuidados de salud, son los retos principales que deben enfrentar las mujeres inmigrantes en Estados Unidos.
Se encontró que el 49% de los inmigrantes son mujeres, el 53% de éstas proviene de América Latina, el 27% de Asia, el 16% de Europa y el resto de otras partes del mundo. La edad promedio de migración para todas las mujeres es entre 18 a 34 años, seguida por 35 a 49 años. Alrededor de un 20% son mayores de 65 años. Con relación a las latinas, el 65% de las inmigrantes provienen de México, 12% de Centro América, 9 % de Sudamérica, 10% de Cuba y el resto de otros países del Caribe. El 48% de las mujeres de Latinoamérica tienen más de 20 años viviendo en el país. Un 30% tiene entre 10 a 20 años, y un 22% tiene menos de 10 años en Estados Unidos.
Obviamente, las mujeres emigran por la misma razón que los hombres, para darle a sus familias oportunidades de una vida mejor, pero rara vez se habla sobre los sacrificios y los retos de estas mujeres que en muchos casos --el 32% según la encuesta-- emigran solas. La encuesta también subraya que en momentos en que un tercio de las familias en este país tienen solo un padre, el 90% de las familias inmigrantes tienen matrimonios intactos. Tristemente, las latinas tienen el porcentaje más alto de mujeres que hablan poco o nada de inglés, el 79%.
Ante la pregunta de que “Si el gobierno estadounidense te obligara a regresar a tu país de origen, ¿llevarías contigo a tus hijos nacidos aquí? El 61% asegura que se llevaría a sus hijos, el 18% los dejaría aquí y el 21% no sabe. El 59% de las mujeres inmigrantes latinoamericanas son residentes legales y el 37% son indocumentadas, concluye el estudio.
Pues si, vivir no es fácil. Ni en el lugar donde cada uno considera propio porque allí nació, ni adonde se ha ido en busca de mejores horizontes. Pero, también, vivir es mágico. Quizás todo pueda resumirse con: “Y así es” (“And that’s the way it is”), la famosa frase acuñada por Walter Cronkite, el mejor espejo en que puede mirarse un periodista que desee ser un referente para su sociedad, un sincero, sencillo y honesto referente.
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