Opinion | 25 Jul Cuando ingresamos en época preelectoral, abundante en promesas y a la vez críticas de cada uno hacia su adversario, es oportuno encarar una visión retrospectiva para comparar entre anuncios y los hechos posteriores, porque un común denominador en nuestro sistema político ha sido hacer en el gobierno lo que antes se había criticado desde la oposición.
Un aspecto recurrente en cada campaña electoral ha sido prometer designar los mejores hombres para cada cargo, cualquiera sea su filiación político-partidaria, porque lo importante es desempeñar de mejor forma la función en beneficio del país.
Este latiguillo empero, no ha sido cumplido por ningún partido en el poder, y lejos de ser una excepción, el Frente Amplio ha cumplido al pie de la letra con esta regla, es decir anteponer los intereses político-partidarios a los de prestar el mejor servicio posible al país, por compromisos internos que priman a la hora de las decisiones.
Así lo hizo desde el primer momento en la Intendencia Municipal de Montevideo, donde cada dirección fue “entregada” a cada sector por rigurosa cuota política, y de la misma forma ha actuado esa fuerza política en el gobierno nacional, desde que cada ministerio “es” de un sector de la coalición, y las designaciones por renuncias voluntarias o inducidas respetan la pertenencia al grupo original, cosa de no generar entredichos.
Quiere decir que el mejor hombre para la función es simplemente un recurso electoral, que no se corresponde con la realidad, y que no solo se aplica en los cargos de gobierno, como ministerios, entes autónomos y otros organismos, sino también en el servicio diplomático, desde que también en la Administración Vázquez las embajadas han sido premios consuelo para legisladores que no pudieron revalidar sus bancas, y como en el sonado caso de la representación en Italia, premios a fidelidades políticas e ideológicas que luego terminan como en este caso, con destituciones obligadas cuando ya la cosa no da para más, y los costos políticos resultan imposibles de disimular.