Opinion | 23 Jul En una sociedad y economía competitiva como la actual, acceder a un nivel mínimo de instrucción y capacitación es un requisito no solo deseable sino muchas veces imprescindible a la hora de acceder a un trabajo o posibilidades de superación personal y laboral.
Conocedores de esta realidad, no pocas personas en todo el país inician cada año la quijotada de terminar el liceo, concurriendo al Liceo Nocturno una vez finalizada la jornada laboral. Es un importante sacrificio para personas que muchas veces tienen sobre sus hombros la responsabilidad de una familia y que, en general, hace mucho tiempo que han dejado de estudiar. Y esto implica retomar hábitos y organizarse de tal forma de poder cumplir con el nuevo desafío. Las dificultades no son pocas y cada año son muchos los que quedan por el camino a pesar del apoyo y motivación que tratan de proveerles sus profesores y los propios centros educativos.
Ahora, a través del programa “Uruguay Estudia”, una serie de instituciones estatales y no estatales --como los ministerios de Economía, Trabajo y Educación, el INEFOP, Banco República, ANEP y la Oficina de Planeamiento y Presupuesto de la Presidencia de la República-- coordinaron esfuerzos para posibilitar la culminación de la educación media a personas entre 18 y 25 años a quienes les falte hasta cuatro exámenes para culminar el bachillerato.
De acuerdo a lo informado, el desafío es contribuir a la formación de personas jóvenes y adultas para su inclusión y participación social, a través del otorgamiento de 1.000 becas de estudio. Estas se otorgarán a quienes no tengan empleo y estén dispuestas a terminarlos, en Secundaria o UTU, y serán apoyados con $1.900 --25% al momento de la inscripción y un 75% si salva el examen-- destinados a cubrir gastos de boletos, fotocopias o libros.
Las becas se entregarán en primera instancia a aquellas personas que cuenten con una sola asignatura pendiente. Si no se llega a las 1.000 se continúa con quienes deban dos y en caso de sobrepasar las 1.000 solicitudes se hará un sorteo entre los candidatos. El programa funcionará en liceos de todo el país y los becarios contarán incluso con un profesor tutor que los acompañará en el proceso de preparación del examen.
Tener el bachillerato aprobado no es poca cosa, puesto que es un requisito cada vez más exigido para todo tipo de empleos, en tanto representa también estar en condiciones de incursionar en estudios superiores en cualquier momento, por el resto de nuestras vidas. Por eso la propuesta de “Uruguay Estudia” representa una nueva oportunidad que no debería ser desaprovechada por sus destinatarios.