Opiniones

Locales | 26 Jul La Casa no está en orden
Ayer leí el siguiente titular en un diario de la capital: Economía ajustará déficit a cerca del 3% del PBI.
A buen entendedor pocas palabras bastan. Este dato, que proviene de la última Rendición de Cuentas y el pronóstico del ministro García, es absolutamente relevante porque termina con todo el “verso” de la buena administración del FA, incluido su gasto “corriente” y el eufemismo del “gasto social”...
Podemos agregar, como comparación, que tras la crisis la administración Batlle les entregó el gobierno con un muy “prolijo” déficit del 1.4% del PBI y el país en condiciones de cierto “crecimiento”.
Luego de cinco años de administración frentista resulta que terminamos así, tras la cháchara de Astori y su “espacio fiscal”: con un déficit “duplicado” y un crecimiento “nulo” para este año, porque también se esfuma la cifra manejada de + 2% que pretendían hacernos creer.
Por otra parte, ya que estamos agreguemos que en lo que es un “colmo” para el autobombo “progresista”, ni siquiera lograron redistribuir la riqueza, sino que les pasó al revés: si bien nos pusieron la mano en el bolsillo a la clase media para darle a los que no trabajan, al final de este gobierno resulta que los ricos son más ricos y los pobres son más pobres.
Por otra parte, se expresan cifras de inversión maquilladas, sobre todo desde que la mayor parte de las supuestas inversiones en el Uruguay durante este gobierno no son de privados, sino de las empresas públicas.
Los números no mienten; mienten quienes los interpretan, pero en este caso es muy difícil que nos pasen gato por liebre.
En momentos en los que las organizaciones alineadas al gobierno tratan de “enardecer” a la militancia con agresiones hacia los candidatos de los demás partidos (a falta de propuestas creíbles) y se complacen con el aplauso de la “barra”, mirando constantemente para atrás sea con el tema que sea, yo los invito a mirar el presente, estos números que representan el resultado final de un período de gobierno y pensar si este es el país que queremos.
Ya no les pido que miren todos los hechos de corrupción sucedidos en estos 5 años, todas las promesas incumplidas, las colocaciones a dedo, ni ninguna otra cosa negativa de este gobierno de izquierda que hemos señalado oportunamente, sino que cada uno se plantee qué es lo que quiere para los próximos años.
En lo personal, me resisto a seguir viviendo enrejado, con miedo acerca de qué le puede pasar a mis seres queridos cada vez que salen a la calle, sin saber a ciencia cierta hasta cuándo podremos aguantar pagando los impuestos que pagamos, en un país que se presenta internacionalmente alineado a ideas no muy claras de personajes a los que más vale evitar, tal el caso de los Kirchner, los Castro, los Chávez, etcétera. Un país que no ejerce su autoridad, no tiene una política clara en casi ningún tema, en el que sus gobernantes desconocen casi a diario la Constitución, desde el Presidente haciendo actos políticos hasta los ministros participando en las elecciones, pasando por cuanta cosa se interponga a lo que quieran hacer.
Mis ideales y sigo creyendo que los de la mayoría de lo ciudadanos de este, nuestro país, van de la mano con el respeto de las leyes y por sobre todas estas está la Constitución.
Es así que ha llegado la hora de decir basta. Es momento de agradecer el esfuerzo que ha hecho mucha gente de bien que integra esta administración, pero recordarles que la misma es una administración que gobierna sin respeto por las minorías, sin oposición real ya que los órganos de contralor no tienen integrantes de los demás partidos y que deja mucho que desear desde casi todos los puntos de vista, sean seguridad, educación, desarrollo, legislativo, etcétera.
Quienes tenemos el derecho de elegir a nuestros gobernantes cada cinco años, debemos de una vez por todas poner en la balanza el resultado de esta administración con el de las anteriores y elegir de una buena vez sin falsas esperanzas. La oportunidad ya se les dio y no respondieron, no estuvieron a la altura de la responsabilidad.
Cada uno sabe lo que tiene que hacer, porque la casa no está en orden.
Lic. Alfredo Dolce Guevari