Locales | 26 Jul Después de nueve meses en los que mi familia y yo no encontramos consuelo por la pérdida de nuestro querido Pablo, deseamos y necesitamos que se aclare la información publicada el día 2 de noviembre del año 2009, en el que dice:
1) “Motociclista al borde de la muerte al chocar sin casco contra un carro”.
2) “sin luz delantera”.
No sé si fue oficial o no tal información, pero de lo que sí estoy segura es que mi hijo venía con casco protector, ya que así también lo confirma el pobre y lamentable parte policial que se hizo en el momento; y con respecto a la luz, se puede comprobar que venía encendida, ya que la moto aún se encuentra en el estado que quedó.
Sobre las averiguaciones que dice haber realizado la Policía, no sé dónde las hizo o quien las inventó, porque aparentemente no hay testigos.
Lo que estoy segura que no se dijo es que estos “sujetos” por así llamarlos, circulan por la ciudad a toda hora, por cualquier lado, sin bandas reflectivas, sin ojos de gato, y dicho carro en ese momento estaba en muy mal estado. Acostumbran caminar delante o detrás del carro tirado por un equino, quien se guía solo y por cualquier senda, rodeado de 10 a 15 perros.
Es mi interés y derecho aclararlo, porque es muy fácil cobijar y defender a estos sujetos que a diario atentan contra quien se les cruce y así como los motociclistas u otros conductores de vehículos conscientes llevamos las de perder siempre, solo por el hecho que trabajamos dignamente y podemos comprar dicho vehículo.
Hoy, a nueve meses del accidente y a pocos días de cumplir mi hijo sus 23 años, esperamos verdad y justicia porque mientras sigan libres estos sujetos en las calles seguirán pereciendo muchos “Pablos” que después informarán equivocadamente que venían a alta velocidad, sin permiso de conducir, alcoholizados, sin casco, etcétera.
Aprovechando la oportunidad también me dirijo a los gobernantes de turno que tanto nos castigan con elevadas patentes, seguros, cascos; y a estos sujetos les regalan chapas que vaya uno a saber de dónde la sacan y ni siquiera les inspeccionan los carros, los caballos y al mismísimo sujeto si es o no responsable y competente para circular en nuestras calles, entre otras cosas.
Laura Berón, CI 4.119.051-3