EL TELEGRAFO PARTICIPA EN LA EXPERIENCIA

Locales | 27 Jul Joaquín Vergnes de Paysandú y Sabrina Mediza de Colonia son dos de los seis jóvenes que viven desde hoy la experiencia de ser “Cadetes por un día” de la Fuerza Aérea Uruguaya. Para ello se presentaron en un concurso de alcance nacional junto con otros 140 aspirantes, resultando ganadores en un sorteo cuyo premio consiste en una estadía de dos días en la Escuela Militar de Aeronáutica para descubrir el fascinante mundo de la aviación militar como un cadete más de la fuerza.
Pero en el caso de estos jóvenes aspirantes la aventura comenzó ayer, cuando un avión de seis plazas bimotor Beechcraft Baron UB-58 se hizo presente en el aeropuerto Tydeo Larre Borges de Paysandú primero y Laguna de los Patos de Colonia minutos más tarde, para transportarlos hasta su destino en la base aérea de la Escuela Militar en Canelones, en un viaje inolvidable por los cielos uruguayos.
La cita estaba marcada para las 14:45 en el aeropuerto sanducero y allí estaba puntualmente Joaquín, con su bolso de mano y acompañado por su novia, amigos y gran parte de su numerosa familia. Transcurridos unos minutos aterrizaba el aeroplano que lo transportaría junto con un periodista de EL TELEGRAFO hasta su destino de cadete a 30 kilómetros de la capital, mientras el nerviosismo y la expectativa iba en aumento.
Tras detenerse los motores, los pilotos capitán aviador Immer Borba y capitán aviador Andrés Avellanal descendieron del aparato, saludaron amablemente y se dirigieron a la base en busca de instrucciones. Al regresar charlaron con los presentes y cordialmente se prestaron a enseñar la nave a los curiosos, para luego emprender raudamente el regreso, previo paso por Colonia.
Si bien Joaquín tenía alguna experiencia de vuelo, éste resultó muy particular dado que “es la primera vez que lo hago sobre territorio uruguayo. Me apasiona volar”. En realidad, nunca antes lo había hecho en avioneta sino en un jet durante un viaje de larga distancia que hiciera con su familia. Además estaba el valor agregado de un clima excepcional, que motivó a los pilotos a buscar el trayecto más panorámico de baja altura sobre las costas del río Uruguay.
Cincuenta y cinco minutos más tarde tocábamos tierra en Colonia para conocer a la segunda pasajera, que junto a su padre esperaba en la terminal. Sabrina es una estudiante de Biología de 20 años que ama “todo lo que tenga que ver con volar”, pero sin embargo esta era su primera experiencia en el aire. Este evento no pasó inadvertido en su comunidad dado que “todos mis amigos estaban enterados que yo gané el concurso”, e incluso el canal local de televisión “me hizo una entrevista en el aeropuerto”.
El trayecto final fue algo más corto, de unos 50 minutos, pero estos aspirantes a pilotos lo vivieron intensamente, reconociendo puntos geográficos en el terreno y observando todas las características de la navegación. “Me gustaría que al regreso me lleven al final, así puedo volar hasta Paysandú y luego que me dejen en Colonia”, comentó esperanzada Sabrina al descender del avión. Quizás su sueño se haga realidad.