EN ARROYO NEGRO

Locales | 07 Ago Con la presencia del intendente de Paysandú Julio Pintos, el director general del Departamento de Obras del municipio sanducero, Ing. Agr. Marco García, el director de Descentralización, Juan Laca, representantes del Ministerio de Transporte y Obras Públicas, ediles locales y vecinos, quedó inaugurado el puente sobre arroyo Negro a la altura del llamado Paso de La Arena, ubicado a cuarenta kilómetros al sureste de pueblo Porvenir. El referido tendido satisface una importante conexión vial para los vecinos y productores de la zona, uniendo a los centros poblados de Menafra, Puntas de Arroyo Negro, Orgoroso, Piedras Coloradas, Las Flores, Celestino y Pueblo Porvenir. Se trata de una obra de ingeniería que cruza por el límite natural departamental entre Río Negro y Paysandú.
La obra fue financiada por el Banco Interamericano de Desarrollo (BID), a través de la Unidad de Desarrollo Municipal (UDM) según el Programa de Desarrollo y Gestión Municipal IV, a cargo de la empresa Impacto S.A. A su vez contó con aportes de la Intendencia de Paysandú, la que tuvo a cargo la dirección de la obra, recursos humanos y maquinaria vial. El costo de la obra asciende a los 2.700.000 pesos.
Paralelamente a la inauguración de este tendido, se efectúa en el entorno más de 150 kilómetros de caminería rural. Los trabajos contemplan las conexiones terrestres de Arroyo Negro hasta La Tentación y desde este poblado a Pueblo Porvenir. Desde La Tentación hasta Ruta 3 y desde el referido tendido nacional por colonia La Paz a Ruta 24 y a su vez desde Arroyo Negro a Piedras Coloradas.
Según testimonios de vecinos de la zona de influencia presentes en el acto de inauguración, se trata de una obra que se viene reclamando desde el año 2000. Pero, otros pobladores y productores de la zona – quienes utilizan frecuentemente el trazado – aseguraron que el reclamo lleva casi veinte años. Por la década de 1940 el lugar concentró una gran actividad durante la temporada estival, generando un movimiento de unos quinientos vecinos, quienes se daban cita sobre las costas del arroyo, transformando al entorno en un codiciado balneario de agua dulce.