ESCUELA 12

Locales | 07 Ago En el mojón 10 de la ruta 90, en el lugar conocido “Camino de las Palmas”, a pocos metros del trazado se descubre el edificio de la Escuela Rural 12. Al establecimiento concurren unos 31 alumnos de inicial cuatro a sexto año. El actual edificio, construido en 1978, actualmente cuenta con una auxiliar y un encargado de mantenimiento. Los educandos toman allí su almuerzo y reciben clases de inglés, gimnasia y manualidades.
La escuela, que tiene más de cien años, funcionó en un local en la cuchilla Sarandí y en otros establecimientos de la zona. Hoy residen 44 familias en la zona de influencia ye hijos en edad escolar asisten a ella. Según cuentan las maestras Stella Rodríguez y Laura Wille, “el niño que concurre desde más lejos debe recorrer veinte kilómetros para asistir, en tanto hay quienes deben hacer hasta cuatro kilómetros a pie”.
La escuela integra el agrupamiento “Amanecer”, junto a la 19 de Porvenir, la 43 del kilómetro 444, 47 de Colonia 19 de Abril, 46 de Puntas de Arroyo Negro y 82 de Pandule. Este grupo, de unos 150 gurises, participa de dos encuentros al año en los que trabajan durante toda una jornada en temas vinculados básicamente a la salud, y comparten actividades recreativas con el apoyo, articulación y coordinación de profesionales.
Entre los proyectos que la escuela desarrolla se destaca la creación de un monte de árboles frutales y una huerta. En el generoso predio de la escuela los niños también acondicionan un invernáculo y un sombráculo con plantas ornamentales. 
la zona
Estos territorios supieron vivir tiempos de un fuerte movimiento productivo, cuando las plantaciones de remolacha azucarera pautaron una importante época de esplendor. Pero la desaparición de estos cultivos provocó un cambio social importante, ya que trabajaban las mujeres, que colaboraban en parte del proceso de las cosechas.
Algunos se atreven a comentar que la desaparición de estos cultivos influyó directamente en la autoestima de los propios vecinos, a quienes les costó mucho superar esa etapa de sus vidas. Pero la zona es reconocida, también, por el protagonismo que tienen los viñedos familiares y aquellas pequeñas producciones que se reconvirtieron en emprendimientos empresariales. Precisamente, existe un corredor vitivinícola en el que cobran vida las plantaciones de Falcone, Wasiluk, Firpo y, tiempo atrás, las bodegas de Tagliani y Beccaría.
Muchos de los chacareros de la zona se tuvieron que reconvertir y los que eran remitentes a la planta de Conaprole, que funcionó un buen tiempo en Pueblo Esperanza, debieron apostar a otras modalidades productivas tales como quesos, mermeladas y otros alimentos. Sin embargo, por estos tiempos algunos productores remiten leche a la planta de Pili en Paysandú.