ELÍAS SILVEIRA GALVÁN

Locales | 07 Ago Pícaro y de modos bien gauchescos, por momentos nos quedó la sensación de estar frente a un hombre en miniatura. Su cómica estatura y su caminar campero nos despertó el deseo de conocerlo un poco más. Sencillo y locuaz. Ocurrente y con la energía que solo un niño de su edad tiene para derrochar, este gurí payador cursa primer año en la Escuela 12 de Camino de las Palmas. Amante del verso improvisado y de la prosa repentina, atrapa a los vecinos con su singular voz angelical. Vive en el kilómetro 13 de la ruta 90. Tiene seis años edad y es el menor de seis hermanos. En el entorno familiar se respira la típica atmósfera que solo genera el ámbito rural.
Cuando nos presentaron a este pequeño artista de la improvisación, nos sorprendió con su prosa creativa, esa que el gaucho recita en la rueda del contrapunto. Sin guitarra y con orgullo, el pequeño se echó al ruedo para recrear con su aguda voz un simpático verso, eclipsando a una improvisada platea de compañeritos que en el patio escolar escuchaban atentos la sdotes del actor. Imaginando una guitarra y con la pose que solo adoptan quienes ya tienen unos cuantos escenarios en sus espaldas, relató con innata destreza y singular simpatía una prosa sin igual, provocando el deleite de los presentes, que estallaron en aplausos al terminar el breve recital, solicitando un bis. Pero como si se tratara de un gran conocedor de plateas exigentes, dejó a los presentes con ganas para la próxima ocasión. No faltó un compañerito que le sopló parte de una letra que tiempo atrás supo recitar, pero firme en su postura el gauchito no dejó dudas de que el show tenía que terminar. De hecho, el recreo llegó a su fin y cada alumno fue a asearse para ingresar de nuevo a clases a seguir con las tareas.