Policiales | 06 Ago Delincuentes ingresaron durante la madrugada de la víspera en el edificio de la Escuela Nº31 de Sauce de Buricauypí, donde además de provocar graves destrozos, dañaron el equipo de conectividad del Plan Ceibal y hurtaron diversos efectos. De acuerdo a información extraoficial obtenida por EL TELEGRAFO, próximo a las 5, una docente llegó hasta la escuela –ubicada cerca de Ruta 26-- e inmediatamente notó que tanto las luces del frente como las del fondo estaban apagadas. Se acercó pensando que tal vez había olvidado encenderlas, pero grande fue su sorpresa al constatar que varias luces interiores estaban encendidas y que además la puerta principal estaba abierta. Por temor a que los intrusos permanecieran en el edificio, regresó hasta la ruta e interceptó a un camión, solicitándole al chofer que la acompañara para inspeccionar. Cuando ingresaron a la escuela el temor se transformó rápidamente en indignación. Al parecer, alguien había dañado la reja de una ventana y una vez en el interior había abierto la puerta principal. Los delincuentes se dedicaron principalmente a efectuar destrozos. Atacaron las bibliotecas, dañaron el equipo de conectividad del Plan Ceibal y la computadora, esparcieron los alimentos por el suelo, hasta que finalmente se retiraron llevándose el reproductor de DVD.
Tal fue la saña de los intrusos que los responsables de la institución debieron descartar valiosos insumos alimenticios, por temor a que hubiesen sido contaminados. Inmediatamente radicaron la denuncia en la Seccional Octava de Policía, cuyos efectivos se hicieron cargo de la investigación.
Según trascendió, no es la primera vez que la escuela es visitada por los ladrones. Hace algún tiempo ingresaron y hurtaron un valioso microscopio y otro reproductor de DVD, mientras que en otra oportunidad se llevaron un equipo VHS, frazadas y ventiladores. Tanto autoridades escolares como familiares de alumnos están muy preocupados por lo expuesta que permanece la institución. Desde 2003, con el aumento de la actividad citrícola y forestal, personas extrañas comenzaron a merodear por los alrededores, escondiéndose frecuentemente en los montes de eucaliptos cercanos y atemorizando a la gente.