Opinion | 06 Ago El Ministerio del Interior anunció que estudiará la posibilidad de que el Plan Ceibal se convierta en una herramienta para la prevención de delitos, en especial la violencia sexual, el abuso y la violencia doméstica.
Según el director del Observatorio de Violencia y Criminalidad, Rafael Paternain, la cartera evalúa cómo puede establecerse un “mecanismo de conexión o denuncia rápida” por ese medio. A la vez, el sitio web de la Presidencia de la República informó que “Uruguay apuesta a experiencias innovadoras” y que la tranversalidad del Plan Ceibal permite darle otras utilidades, aparte de las conocidas.
“El plan desde sus potencialidades, es canal de prevención de violencia. Desde su instrumentación, disminuyó el ausentismo escolar, los niños miran menos televisión, están menos en la calle y más motivados con el aprendizaje y ello incide en los procesos subyacentes en la socialización”, se informó.
Evidentemente, en nuestro país el acceso a las Tecnologías de la Información y Comunicación (TIC), y fundamentalmente a Internet, ha dado un salto cuantitativo y cualitativo muy importante desde la puesta en marcha del Plan Ceibal.
No obstante, no es desconocido que existe aún rechazo entre algunos docentes en cuanto a la utilización de las XO, así como desconocimiento de las herramientas disponibles y fundamentalmente necesidad de contar con mayor capacitación, contenidos y recursos para aplicar en el aula.
Todos estos son retos que deben ser encarados con mayor vigor desde lo pedagógico, para que las XO se transformen verdaderamente en una herramienta educativa útil y productiva, además de un elemento de construcción de ciudadanía.
Estos desafíos aún están planteados, no han sido resueltos y si bien es cierto que se requieren más contenidos para el plan y que éstos no necesariamente deben referirse a lo curricular, parece inapropiado cargar a los niños uruguayos con la responsabilidad de la prevención de delitos y convertir a las computadoras del Plan Ceibal en mecanismos de denuncia de situaciones de violencia que normalmente no son planteadas por los menores de edad.
Es verdad que los niños son excelentes transmisores de información a sus hogares y también se apela a ellos para concientizar a las familias sobre diferentes problemáticas sociales y ciudadanas: el dengue, el cólera, el tránsito, los impuestos, la seguridad social, la alimentación saludable, son sólo algunas de ellas. Tirarles también con la violencia y el abuso ¿no será demasiado? Una cosa muy diferente sería si se aprovecha la circunstancia de que las computadoras portátiles están en el hogar para realizar un trabajo de concientización sobre violencia doméstica hacia los adultos de la familia, aunque seguramente se tropiece allí con que muchos de ellos no saben cómo utilizar una XO. Aunque suene perogrullesco, lo del título: primero lo primero.