Opinion | 08 Ago La problemática del tránsito por Bulevar Artigas, sobre todo a partir de reclamos de los vecinos de la zona, ha dado lugar a la elaboración de un proyecto por la Intendencia Departamental a través de sus direcciones de Obras y de Tránsito que propone una serie de obras en un escenario muy complejo y que ha cambiado en los últimos años, a partir de la construcción de la nueva Bulevar Artigas como doble vía, que cambió la fisonomía de un sector de la ciudad que precisamente conecta con un área en el que la urbanización se ha extendido considerablemente en los últimos años.
Ocurre que en pocos años se partió de una arteria secundaria de tosca a una calle bituminizada que conectaba precisamente la zona centro con el Norte y el Sur, pero que tan pronto se construyó la doble vía multiplicó enormemente su tránsito, porque precisamente se pasó de una arteria muy limitada a las ventajas que ofrece el desplazamiento por una doble vía.
Y si bien se trató de una obra muy importante en su momento, encarada por la administración nacionalista, es evidente que dentro de la magnitud de la inversión se optó por una solución más barata, afectando el ancho del cantero central, que precisamente difiere notoriamente de las dimensiones y comodidad del sector de Bulevar antiguo, que va desde Uruguay hasta Sarandí.
Claro, debe tenerse presente que se pensó en una solución que, aunque mucho mejor que lo que teníamos no contemplaba ningún escenario a futuro, al punto que la densidad de tránsito que tenía antes Bulevar se multiplicó por diez tan pronto los usuarios se encontraron con una vía rápida que les ofrecía la posibilidad de hacer largos desplazamientos en pocos minutos.
Los vecinos se vieron beneficiados así con una obra que multiplicó el valor de sus propiedades y su calidad de vida, pero ahora se encuentran con la contrapartida de un intenso tránsito, que se desplaza a velocidad elevada para el común del tránsito sanducero, y que se torna muy peligroso en los cruces críticos en una vía que quedó superada a poco de ser inaugurada, dando lugar a accidentes en forma frecuente.
Por supuesto, en esto tiene gran incidencia la imprudencia de los conductores y la ausencia de controles adecuados por el municipio, así como cierto déficit en la señalización, conjugado con la estrechez de las vías de desplazamiento y el factor negativo del cantero central.
La solución que propone el municipio, con la aparente aquiescencia de los vecinos que participaron en una reciente reunión con directores municipales adolece de serias falencias y aparece más como una solución barata, porque por un lado la semaforización, que es de por sí un factor de enlentencimiento, aunque otorgue mayor seguridad para la circulación implica que en gran medida la arteria pierda el valor de nexo ágil entre zonas de la ciudad.
Partimos de la base, por supuesto, que se trata de una propuesta que tiene un fin que todos compartimos en cuanto a ofrecer soluciones para una situación que es compleja y que presenta problemas que van in crescendo, pero nos permitimos discrepar con el tenor de las propuestas, algunas por su falta de practicidad y otras porque precisamente van en la dirección contraria de la idea de lo que es una avenida de doble vía en cualquier ciudad del mundo.
La seguidilla de semáforos –se habla de catorce cruces-- ya de por sí será disuasivo para gran parte del tránsito por Bulevar Artigas, desde que como indica la experiencia en otras zonas con semáforos, los conductores tratan de evitar las demoras y maniobras por esta señalización y se desvían hacia las arterias despejadas de este control, aunque haya mayor nivel de riesgo en las esquinas.
Por lo tanto, seguramente lo que se lograría sería recargar las arterias laterales y trasladar los problemas de los vecinos ubicados sobre Bulevar a los de las calles adyacentes, que además tienen otras dimensiones y limitaciones de circulación.
Peor aún, la idea de prohibir que se doble a la izquierda y a la vez tener que hacerlo siempre a la derecha, de forma de desviarse hacia otra calle y dar la vuelta manzana para cruzar Bulevar Artigas y retomar el rumbo a la izquierda al amparo del semáforo, implica no solo recorrer una mayor distancia, sino también perder un tiempo estimable y desviarse hacia calles paralelas, con la consiguiente distorsión en la circulación vehicular.
Una posibilidad costosa sería ensanchar toda la calle, pero a la vez podrían buscarse alternativas para ensanchar solo la vía en la esquina para poder doblar a la izquierda, de forma de obtener un espacio junto al cantero para la maniobra de giro, solo por mencionar una alternativa que aparentemente no ha sido considerada. Pero en todos los casos, es hora de lograr la opinión de los expertos, de los ingenieros de tránsito, para promover un estudio más acabado y desprejuiciado del tema, en lugar de seguir tratando de inventar la rueda, por funcionarios que aunque bien intencionados, no cuentan con los conocimientos suficientes.