Opinion | 13 Ago Se conmemora hoy en nuestro país el Día de las PYME (Pequeñas y Medianas Empresas), que aunque no siempre se visualice, son un motor importantísimo de la economía nacional y fundamentalmente en lo que respecta a la generación de empleo.
Según datos de la División Empresas del Observatorio PYME del Ministerio de Industria en base al Instituto Nacional de Estadística, en 2008 existían 117.996 empresas, de las cuales 117.415 eran PYME.
En efecto, 100.771 (85,4%) eran microempresas, 13.598 (11,5%) pequeñas empresas; 3.046 (2,6%) medianas empresas y tan sólo 581 (0,5) grandes empresas.
En cuanto a puestos de trabajo, las microempresas emplean al 27,1 % del total de la mano de obra ocupada, las pequeñas empresas el 21,0%, las medianas al 20,2% y las grandes empresas el 31, 7%, cifras que hablan claramente de la relevancia de las PYME.
Muchas veces de carácter familiar, las PYME son nervio central de la economía de las ciudades del país, en la medida que generan empleo y actividad económica. El problema es que aunque forman la mayor parte de las empresas, su mortalidad en los primeros años de vida sigue siendo alta. Así, muchas veces se invierte tiempo y dinero en llevar adelante una idea empresarial pero no se cuenta con el asesoramiento y la capacitación suficiente como para hacerlo. En otros casos, la limitante es el acceso al crédito para poner en funcionamiento el emprendimiento o realizar mejoras.
Ambas cosas, aunque fundamentalmente la primera, cuentan con mayor accesibilidad en la capital del país, donde diferentes organismos y empresas ofrecen capacitación y asesoramiento para la creación o incubación de empresas.
Sin embargo, en las ciudades del Interior eso no es tan común y los nuevos empresarios y emprendedores tienen dificultades para contar con ese tipo de apoyos.
Aunque se han creado algunos instrumentos para cambiar esta situación que preocupa a las cámaras empresariales y demás involucrados en el sector, lo cierto es que se requiere una mayor fluidez y disponibilidad de instrumentos de acompañamiento y apoyo, lo cual queda ampliamente justificado por la importancia de la actividad microempresarial.