Paysandú, Viernes 21 de Agosto de 2009
Locales | 14 Ago La velocidad máxima en ruta para cualquier tipo de vehículos es de 90 kilómetros por hora, aunque podría haber variaciones en los tramos que tienen doble vía, como la ruta 1 entre Colonia y Montevideo, según dijo a EL TELEGRAFO Felipe Martín, Director Nacional de Transporte. Si bien hasta ahora hubo elasticidad en este aspecto, desde hace algunas semanas los funcionarios del Ministerio de Transporte están supervisando las velocidades y comprobando con el tacómetro que tiene cada unidad de transporte, donde queda registada la velocidad alcanzada. Felipe Martín argumentó que no habría cambios en la máxima permitida para guardar el “equilibrio entre el trazado de la vía en que se circula (....) ponderando los aspectos vinculados a la seguridad”. Aludió a los problemas del tránsito que incluyen “también un componente cultural”, mostrándose esperanzado en “ir preparando a nuestras generaciones futuras para un tránsito seguro”.
Desde alguna de las empresas interdepartamentales, los choferes comentaron que los vehículos dan “con mucha seguridad” más de 100 kilómetros por hora, y que además los coches más nuevos vienen con caja de cambios de siete velocidades, y “la séptima nunca la puedo poner”, confió un conductor, preocupado además por la vida útil del motor, que está diseñado por los ingenieros para alcanzar determinadas revoluciones en su marcha crucero, que es mayor a 90 km/h.
Nuevo en el cargo
“Yo hace muy poquito, no hace un mes que estoy acá, y recién estoy conociendo el terreno en que tengo que trabajar”, dijo Felipe Martín a modo de explicación de por qué no había accedido antes a la entrevista.
Dijo que “por ejemplo, el martes estuve en Paysandú, fui a conocer a los funcionarios y que ellos me conozcan”, aunque no se dio a conocer su visita.
En cuanto al mayor control que se está haciendo en las rutas nacionales relativos a la velocidad que desarrollan ómnibus y camiones, Martín señaló que “es parte de la tarea de la Dirección Nacional de Transporte. Trabajamos específicamente sobre el transporte de pasajeros y cargas”.
Recordó que desde hace tiempo está limitada la velocidad en la ruta, “y en lo que hace a la carga de mercancías peligrosas, como productos químicos o combustibles, la media baja de 90 a 80 kilómetros por hora”.
No mÁs de 90 k/h
Específicamente sobre la máxima velocidad permitida en los ómnibus carreteros, dijo que “la máxima es 90 kilómetros por hora, y además por disposición reglamentaria, y que se controla en la inspección técnica, las unidades deben contar con tacógrafos, que tienen que estar en funcionamiento”. De esta manera, “lo que podemos hacer en la ruta es retirar el tacógrafo, cambiarlo por otro y por la lectura del mismo sacar un ranking de lo que son las máximas, las bajas y las medianas velocidades en función de lo que ha sido el servicio”.
Consultado sobre cómo se marca esa velocidad máxima, considerando el avance tecnológico y la mayor seguridad que brindan los ómnibus de larga distancia, y que hasta mecánicamente están diseñados para velocidades mayores, expresó que “eso fue establecido en función de un equilibrio entre el trazado de la vía en que se circula pero muy especialmente ponderando los aspectos vinculados a la seguridad, con lo que se puede llamar la velocidad crucero para este tipo de vehículos”.
Sin embargo, dijo que “pienso que igualmente amerita que se consideren algunos estudios en forma particular, quizás con el área de Vialidad, ya que hace 10 o 15 años comienzan a aparecer las carreteras con doble vía, ya con un número de carriles de circulación y un trazado que surge de la ingeniería más moderna”.
Preguntado si es un ejemplo el caso de la ruta 1, señaló que “puede ser el caso de ruta 1, o la que llega a la zona este del país. Habrá que ver en el futuro, cuando se culminen las obras del anillo colector perimetral, que acá estamos hablando de una distancia de unos 20 kilómetros”. Pero en el caso de ruta 1, “hace poco se culminó el tramo que lleva a los 150 kilómetros de largo la doble vía y restan unos 27 kilómetros para llegar a Colonia; ya más de las dos terceras partes están completas”.
“HAY QUE SALIR EN HORA”
En cuanto al caso de la ruta 3, que tiene un alto número de camiones y ómnibus que circulan por ella, y ante el hecho de que a 90 kilómetros los ómnibus circulan relativamente lentos para las posibilidades que tiene el vehículo, dotados ahora de mayor ingeniería y seguridad, el director nacional dijo que “de todas maneras hay que ser muy prudente y cauto con la velocidad. Por lo general hay un lema a cumplir, que dice que para llegar en hora hay que salir en hora, y lo que se trata es de cumplir a cabalidad con los turnos, sobre todo los que salen directo. En el caso de los coches de camino hay una tolerancia mayor en los tiempos de origen y destino porque tienen la obligación del ascenso y descenso de pasajeros en las rutas”.
Dijo específicamente sobre la velocidad que “hay que ser muy equilibrado al tomar esas decisiones, no sentirse apremiado por lo que la nueva tecnología trae, porque aún con su incorporación, la muerte por imprudencia o riesgos innecesarios se sigue verificando”.
NUEVA CULTURA
EN EL TRANSITO
Precisó que esta nueva ingeniería “debería ser acompañada por una nueva cultura, que es lo que más nos cuesta a los uruguayos, para poder acceder a tener mayor flexibilidad en las tolerancias”. Agregó que si bien los problemas en el tránsito “también tienen un componente cultural, hay un componente fundamental que tiene que ver con el trazado seguro de la vía, con las normas claras de cómo tiene que ser transitada, los requisitos mínimos para garantizar los controles mecánicos (de los vehículos), la tracción y los frenos, y todo lo que hace a las políticas que hay que implementar, como ir preparando a nuestras generaciones futuras para un tránsito seguro, todo lo cual es un desafío que no es menor. El componente cultural también hay que considerarlo a la hora de tomar decisiones en esto”.
Sobre quien considera los posibles cambios en la velocidad, dijo que “la Unasev tiene entre sus cometidos asesorar con los estudios que permitan ir actualizando la normativa. Hay otras instancias que son complementarias, como la Comisión Nacional para el Reglamento de Circulación Vial, integrado por delegados del Ministerio del Interior, de Transporte, del Congreso de Intendentes, de la Policía Caminera, que hace un seguimiento y actualización de los temas, recordando el caso de las luces bajas, que comenzó hace unos años a ser obligatorio en las carreteras y ahora se extendió a las ciudades.
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