Paysandú, Lunes 24 de Agosto de 2009
Locales | 24 Ago El diputado nacionalista David Doti planteó recientemente en Cámara lo que entiende como “una injusta discriminación”, con un claro perjuicio económico, de los maestros-directores de las escuelas unidocentes de todo el territorio nacional.
Subrayó que estas escuelas son las que tienen un solo docente, que cumple todas las funciones inherentes a un local escolar, y que no deberían superar la cantidad total de 25 alumnos, “pero hemos constatado casos que superan dicho límite. Solo en el departamento de Paysandú, de un total de 60 locales escolares, por información que poseemos, más del 60 % son unidocentes. Si esta relación se mantienen en los restantes departamentos del Interior del país -probablemente la realidad de Montevideo sea diferente-, podemos deducir que una importantísima cantidad de locales escolares se encuentran en estas condiciones”. Destacó que el director de un local escolar -independientemente de la cantidad de alumnos con que cuente- debe cumplir con todas las responsabilidades que establecen las reglamentaciones vigentes. Pero en el caso de los unidocentes, el director también debe cumplir con la invalorable misión de educar a niños de distinto grado, desde jardinera hasta sexto año, en el desarrollo curricular de cada grado, más todo lo relativo a su inserción en el medio y las tareas contextualizadas. Ello implica la atención del comedor escolar así como la formación de valores y hábitos de convivencia, higiene general y personal, implantación de huertas, cría de aves, etcétera, por lo que debe multiplicar esfuerzos y restar horas al esparcimiento o al descanso, para dedicarlas exclusivamente a esta tarea. Observó que además le corresponde la responsabilidad de realizar reuniones de padres, tanto para referirse al rendimiento y comportamiento de los alumnos, como también para fomentar el desarrollo cultural y social de los padres, transmitiendo los mismos valores y hábitos con que educa a sus hijos, de tal manera que el entorno familiar contribuya a una correcta formación del niño.
Subrayó que lejos de contemplárseles en la remuneración salarial “nos encontramos ante una realidad totalmente contraria, ya que los maestros-directores de las referidas escuelas ganan un 25% menos que los directores de escuelas comunes, con el agravante de que estos pueden, en muchos casos, tener acceso a un segundo empleo, que le permite un ingreso adicional. Eso le está vedado a quienes se desempeñan en escuelas unidocentes, dada la ubicación de los locales y el tiempo que deben disponer para dar cumplimiento a todas sus obligaciones y responsabilidades funcionales”.
Consideró por lo tanto que es de estricta justicia que como mínimo los maestros-directores de escuelas unidocentes reciban la misma remuneración que los directores de las otras escuelas, “sin perjuicio de que debería considerarse la posibilidad de que pudieran tener, por las razones expuestas, una compensación extraordinaria que le permita un ingreso neto superior”.
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