EDILA NILDA BELVISI

Locales | 24 Ago De acuerdo con un planteo que ingresará en la próxima sesión de la Junta Departamental, la edila Nilda Belvisi, del Partido Colorado, insistirá en la utilidad y conveniencia de encarar la arquitectura en tierra lo que, a su entender, posibilitaría las soluciones habitacionales que esperan muchas familias orientales. Tal es así, que en este caso insistirá para que “se incluya en los planes de viviendas sociales este tipo de construcción que tiene múltiples ventajas. Las que están avaladas por más de dos millones de construcciones en tierra, esparcidas por los cinco continentes e incluyendo países del ‘primer mundo’ y que en Paysandú se podrían desarrollar contándose con la aprobación de la Intendencia, que debe rehacer su ‘cartera de tierras’ y los profesionales arquitectos”.
“La tierra fue y sigue siendo -señala- uno de los principales materiales de construcción. El barro ha acompañado desde la antigüedad las construcciones, ya sea de viviendas, templos (el Taj Mahal, por ejemplo), murallas, etcétera, puesto que presenta una riqueza de posibilidades variadas y una gran capacidad de adaptación”.
Como material de construcción, la edila resume que: “es un recurso disponible localmente; es enteramente ecológico, renovable, reciclable y no inflamable; posee excelentes propiedades de aislamiento térmico y acústico, convirtiéndose así en un material de preferencia en la bioconstrucción; es más económico, emplea mano de obra no especializada”.
Construcciones sociales
Belvisi entiende que “modernizar el uso de este material (el barro) puede ser una alternativa para construcciones de interés social y el empleo de mano de obra comunitaria. Estos programas podrían incluir la construcción en tierra con el fin de erradicar asentamientos, barrios marginales, etcétera. La Intendencia podría implementar programas de viviendas usando esta modalidad de construcción”.
Insiste en que “la tierra tiene cualidades exclusivas -como fue el hormigón en la primera mitad del siglo XX en manos de Le Corbusier- pero necesitará de manos creadoras y abiertas, que la empleen en una nueva expresión, explorando un camino diferente que se aparte de la imitación con tierra de lo que se hace en concreto (hormigón y otros materiales convencionales). Es necesario un reconocimiento más generalizado a nivel público y de los profesionales arquitectos, para que este material deje de considerarse ‘frágil, insalubre y tercermundista’ y se convierta en un instrumento para aplicar”.
Asegurar cartera
de tierras
La edila mocionante entiende que “para instrumentar este tipo de programas sería imprescindible que la Intendencia contara con terrenos con servicios para permitir la construcción de esta y otras modalidades. Recordamos que, oportunamente, se contó con una ‘cartera de tierras’, fruto de una política municipal en la materia que sirvió para que se pudieran concretar numerosos programas habitacionales de cooperativas o en convenio con el BHU o por la propia Intendencia, pero sin embargo esa política se interrumpió”.
Añade que “hoy los movimientos sociales vinculados con la vivienda reclaman soluciones habitacionales y consecuentemente, una cartera de tierras. Por lo tanto se hace imprescindible que la IDP asuma nuevamente esta responsabilidad social de comprar tierras. En consecuencia tendría que continuar con la compra de terrenos, afectando obligatoriamente un porcentaje de su presupuesto. Así podría contar con las mismas como base imprescindible para impulsar, en coordinación ya sea con el Ministerio de Vivienda, trabajadores y empresas de la construcción, junto a la sociedad civil organizada, un movimiento que permita erradicar de los barrios marginales a un número de personas que ahí habitan, con un costo menor de las construcciones clásicas (empleando la arquitectura en tierra) y por otro lado, satisfacer la demanda insatisfecha de viviendas”.