OPINIONES

Locales | 23 Ago Les cuento un caso con muy penosa consecuencia por la insensibilidad reglamentaria.
El sábado 14 de agosto pasado en la madrugada falleció en el CTI de Comepa un buen amigo mío, pasó 15 días en “intermedio” y después en CTI, que sufría problemas coronarios y diabetes. Una de sus hijas había ido a trabajar a Alemania en un hogar de ancianos para ayudar, entre otros, en los problemas familiares. Sabiendo del empeoramiento de su padre pidió licencia y viajó con la intención de encontrarle todavía con vida.
Llegó a medianoche y pidió verlo en Comepa, donde estaba ya en sus últimas horas de vida, dado que en la siguiente madrugada falleció. Se lo negaron, por más que insistió y que recién había llegado de Alemania. No hubo posibilidad de hacer razonar al servicio de guardia. “El reglamento no lo permite”, se le contestó. Así, la pobre mujer entró en un estado de depresión muy pronunciada, más después del fallecimiento de su padre, cuando pudo ver su cuerpo recién en la sala Nº 10 del servicio fúnebre San José.
A mí me parece inhumana esta actitud con una hija que viene de tan lejos para ver a su padre todavía con vida y por “reglamento” no se lo permiten.
Humanamente, tendrían que haber excepciones en casos así. Será que Comepa, llegada a ser una gran empresa, no es tan humana o social como cuando la conocí...
Escribo esto para -posiblemente- hacer reflexionar a su Directiva.
Un inscripto en Comepa