Opinion | 31 Ago Al igual que en el Parlamento, la campaña electoral también ha hecho estragos en el gabinete ministerial. Los integrantes del gabinete finalizaron el fin de semana los trabajos de transición y hoy el presidente Tabaré Vázquez impondrá en el cargo a los nuevos ministros... a seis meses de culminar la actual administración.
En la sesión del Consejo de Ministros de hoy se efectuarán las sustituciones anunciadas en algunos ministerios y en la Oficina de Planeamiento y Presupuesto (OPP). El ministro de Relaciones Exteriores, Gonzalo Fernández, pasará a ser de Defensa, y su puesto será ocupado por quien estaba en la subsecretaría, Pedro Vaz. En la subsecretaría de Defensa, tras la renuncia de Jorge Menéndez, asumirá Gabriel Castellá, quien ocupa la dirección de secretaría de esa cartera.
El presidente de Ancap, Raúl Sendic, será el nuevo ministro de Industria, Energía y Minería. La titularidad del ente petrolero quedará para el actual vicepresidente, Germán Riet. También habrá cambios en la subsecretaría del Ministerio de Educación y Cultura, ya que Felipe Michelini dejará el cargo. El actual presidente de la Corporación Nacional para el Desarrollo, Martín Dibarboure, será impuesto como director de la OPP.
Sin lugar a dudas, es positiva la decisión presidencial de que el jerarca que desee participar en la campaña electoral deba abandonar su cargo. De lo contrario, esto afectaría el desarrollo de su trabajo. Y claro que cada funcionario político está en su derecho a abandonar su puesto para trabajar para que partido sea votado y así asegurarse una nueva banca parlamentaria o un lugar en el próximo gobierno. Sin embargo, la decisión de abandonar el cargo a estas alturas del gobierno demuestra falta de real compromiso con la tarea gubernamental y con los ciudadanos que lo votaron.
Por otra parte, aunque se trate de personas capaces, quienes asumen los nuevos cargos necesitan tiempo para empaparse en los temas de una secretaría de Estado. Por lo tanto, los cambios en los ministerios y entes, y más considerando que son varias secretarías y organismos, traen aparejados entorpecimientos de las tareas de gobierno, que ya de por sí son lentas.