Opiniones

Locales | 30 Ago A quien corresponda:
El pasado martes 18 de agosto fui partícipe de un hecho lamentable que espero nadie tenga que pasar. Mi hijita de 3 años estaba mal de la garganta y tenía fiebre (yo sabía que la tenía) y como en otra oportunidad hizo una convulsión, me dirigí al mediodía al servicio de urgencias de Comepa.
Cuando llegó la atendió la pediatra de guardia en ese momento, Dra. Amorín. La revisó, me dijo que era un estado febril, que no tenía fiebre en ese momento y que me fuera para casa con ella. Hice lo que me dijo la doctora y tomé el ómnibus de línea para regresar a casa. Pero cuando iba en camino, la nena se adormeció, se le fueron los ojos para atrás y empezó a salirle espuma por la boca, a lo que desesperada me bajé del ómnibus y pedí a una persona que pasaba que me llevara de nuevo a urgencias, ya que estaba haciendo una convulsión. Ahí la atendieron, le pusieron oxígeno y después la derivaron al Sanatorio Modelo, a la parte de pediatría, donde estuvo internada hasta la otra mañana en que le dieron el alta y gracias a Dios hoy está bien.
Mi rabia y dolor es que yo como madre, hice lo que se debe hacer y no le dieron importancia los que están para eso. ¿En manos de quién están nuestros hijos? Y si esto no hubiera tenido un buen fin, ¿quién se responsabiliza? ¿quién devuelve la vida cuando las cosas no salen bien por negligencia?
CI 3.348.640-1