Opinion | 04 Sep El Ministerio de Vivienda, Ordenamiento Territorial y Medio Ambiente, a través de la Dirección Nacional de Medio Ambiente y en coordinación con UTE, promoverá una campaña para la disposición amigable con el medio ambiente de las lámparas de bajo consumo fuera de uso. Estas lamparillas, promovidas en el marco de los planes de racionalización del uso de la energía, tienen la contrapartida negativa de contener mercurio, lo que resulta contaminante para el medio ambiente.
Resulta positivo que se promuevan acciones para mitigar los efectos contaminantes de estos artefactos, procurando el reciclaje de la mayor cantidad posible del mercurio. La promoción del uso de las lamparillas de bajo consumo por las ventajas en ahorro energético ha incrementado su utilización y por lo tanto de desechos, que en la misma medida que se difunden aumenta su incidencia contaminante.
Es fundamental que la campaña de reciclaje se expanda como una medida preventiva y se pueda internalizar como una acción natural por los usuarios, ya que como sociedad solemos adoptar medidas cuando ya provocamos daños, en lugar de transitar el camino más corto de evitarlos.
UTE ha distribuido ya un millón y medio de lámparillas de bajo consumo en todo el país y acaba de firmar un convenio con Mevir para la entrega de 6.300 lámparas de este tipo en los complejos.
En materia de respeto y cuidado del medio ambiente es idéntica la responsabilidad social de reducir el consumo de energía como la de evitar la diseminación indiscriminada de mercurio. Prevenir es mejor que curar. Eso sí es ser amigable con el medio ambiente.