Nadie es perfecto

Locales | 06 Sep (Por Enrique Julio Sánchez, desde Estados Unidos) Uruguay mantiene una nutrida representación diplomática en Estados Unidos. La embajada se encuentra en Washington D.C., capital política de Estados Unidos. Hay consulados generales en Washington D.C., Los Angeles, Chicago, Houston, New York y Miami; consulados de distrito en Salt Lake City, New York, Los Angeles, Miami, New Orleans, Chicago, Fallon, Washington D.C., San Juan de Puerto Rico y San Francisco; un consulado honorario en Fitchburg, Massachussets; una delegación diplomática en Washington D.C. y Nueva York; y una elegación comercial en New York.
Ciertamente, los consulados atienden de manera primordial las necesidades de los ciudadanos uruguayos que residimos en Estados Unidos, en tanto la embajada tiene a su cargo la representación de aquellos asuntos que importan a nuestro país en sus relaciones con Estados Unidos.
El consulado más cercano al norte de New Jersey es el de New York. Probablemente ocurra lo mismo en otras representaciones a lo largo de esta nación, o probablemente no, pero lo cierto es que muchos compatriotas se quejan de la atención en el consulado. De mi propia experiencia puedo decir que el trato es amable pero muy al estilo uruguayo, tomándose las cosas con mucha calma. Por ejemplo, se trataba de firmar un pasaporte, pero la cónsul no se encontraba porque estaba “en una reunión”. Y si no volvía antes de las 3 de la tarde pues “tendrá que venir otro día”.
Típico uruguayo. Salvo que en Estados Unidos conseguir un día libre para concurrir al consulado es en primer lugar toda una odisea. Así que volver con las manos vacías y decirle al empleador que necesitamos otro día porque la cónsul estaba en una reunión es francamente una misión al estilo Tom Cruise, imposible.
En estos días, mediante correo electrónico, el uruguayo M.C. comentó sus propios problemas, muy similares a estos. Trabaja “de lunes a sábado” y los domingos “me voy a lavar platos en un restaurante”.
Desde “hace meses” trata que el consulado le otorgue un día especifico para poder renovar su pasaporte, en la medida que le resulta muy complejo obtener un día libre en su empleo. “Les expliqué que en mi trabajo es muy difícil que nos den un día libre, pero hasta ahora no recibí respuesta alguna”.
Básicamente, lo que molesta a los ciudadanos uruguayos que necesitan de los servicios del consulado, es que no hay seguridad de que sean atendidos cuando concurran a la representación diplomática, en tiempo y forma, porque muchas veces quienes tienen que firmar los documentos --cónsules generales o de distrito- usan el tiempo en que está abierto el consulado para realizar reuniones fuera de la sede, lo que se convierte en una dificultad para quienes deben dejar su trabajo y viajar, a veces horas, para cumplir con un trámite, todo para encontrarse con que “va a tener que volver otro día, no hay quien firme”.
Quizás solo se trate de establecer prioridades. Es lógico que la embajada atienda los asuntos del país en Estados Unidos, pero del mismo modo también lo es que los consulados tengan como prioridad atender a los ciudadanos uruguayos en este país y sus necesidades.
En el caso de New York, dos consulados conviven en el mismo espacio físico, general y de distrito, por lo que bien podría establecerse como norma que una de las dos cónsules, al menos, permanezca en la representación en el horario de oficina, presta para atender las necesidades de los uruguayos que, después de todo, son los que justifican su empleo y pagan sus retribuciones.
Hay mucho camino por andar, desde que los uruguayos solamente pueden acceder a un consulado como representación de su país, y si esta repartición no cumple efectivamente con su cometido, no quedan espacios adonde presentar una queja. Obviamente, no es posible generalizar y este comentario no involucra a todos los consulados a lo largo y ancho de Estados Unidos. Pero al menos en el de New York hay mucho por mejorar. Y ojalá que se haga rápidamente.