Paysandú, Viernes 11 de Septiembre de 2009
Locales | 07 Sep El profesor Saúl Wajskopf, grado 5 de la Cátedra de Neurocirugía de la Facultad de Medicina y coordinador del Centro Regional de Neurocirugía que funciona en Comepa, fue contundente: “nos atemorizan distintas enfermedades, llámense SIDA, gripe A H1N1, etcétera, pero los traumatismos encéfalo craneanos (TEC) matan 2 uruguayos cada día”.
Sobre la incidencia de esta verdadera epidemia de salud asociada con los accidentes de tránsito habló ante una platea conformada por médicos y otros funcionarios de la salud, en la Sala de Conferencias de Comepa.
Sostuvo que los TEC “son algo desafiante, en cuanto son la principal causa de muerte y secuelas en traumatizados; la primera causa de muerte y secuelas graves en la población joven, muy por encima de cualquier otra enfermedad. En general, esto lo vemos en los diarios todos los días y nos vamos acostumbrando, por lo que prácticamente no le damos trascendencia. Los traumatismos encéfalo craneanos son la consulta más frecuente para el neurocirujano y hoy día el 25% de sus pacientes están vinculados a un TEC”.
Hay evolución
Pese a la contundencia de la realidad, el doctor Wajskopf sostuvo que “la evolución de las cifras de mortalidad en TEC es positiva en el mundo: ha bajado de un 50% en 1960 a un promedio del 30/33% en 2001, según los trabajos publicados. También es positiva en Uruguay, de acuerdo a nuestras estadísticas y desde 1983, cuando comenzamos la carrera de Neurocirugía y nos interesamos en el tema. Hicimos dos trabajos grandes en 1984 y 2001, que demuestran la enorme caída que tuvo --aproximadamente igual a la que marca la estadística internacional-- el traumatismo encéfalo craneano en porcentajes de mortalidad”.
Aseguró que esta contradicción no es algo sorprendente en la Medicina: “como todos los temas en Medicina ha tenido, por suerte, una evolución histórica positiva. Lo primero que sucedió --en la década de 1960-- fue que se identificó el TEC como ‘el problema’ de los accidentes: el 60 por ciento de los accidentes genera traumatismos encéfalo craneanos graves y a la vez, el 60 por ciento de los fallecidos en accidente de tránsito mueren por TEC. O sea que es la primera causa y la más importante en los accidentes que ocurren en calles y rutas, los que han pasado a ser prácticamente una epidemia y dejaron de ser algo anecdótico como se les consideraba en los años 1930, 40 y 50. Además la motorización ahora es impresionante, con altas velocidades, etcétera, generando los TEC y sus consecuencias”.
Cincuenta por ciento
se vinculan a motos
La particularidad de las estadísticas médicas también revela características del primer y tercer mundo, respecto de lo cual el catedrático de Neurocirugía sostuvo que “en Estados Unidos y Europa la mitad de los traumatismos encéfalo creaneanos se producen en accidentes de alta velocidad, el resto se divide entre ciclomotores, caídas, peatones embestidos, etcétera. En el Uruguay el 50 por ciento (de los TEC) está generado en accidentes vinculados a motos o bicicletas, 25 por ciento a accidentes en coches que desarrollaban alta velocidad y el resto en una miscelánea de caídas, accidentes laborales y otras causas. O sea que tenemos una población -en cuanto a la motorización- subdesarrollada y el lugar que esta ocupa si uno la compara con países africanos donde el 90 por ciento es producido por accidentes de motos o bicicletas”.
Importancia de
centros de trauma
En forma coincidente a la identificación de los TEC como problema de salud, “estuvo la irrupción de los Centros de Trauma, cuya regionalización y categorización sirvió no solo para los politraumatizados, se impuso también en la década del ‘60, mejoró los tratamientos, la derivación de los pacientes, la categorización de los hospitales en cuanto a la recepción o no y qué tipo de pacientes con traumas podían recibir. También comenzaron en aquel entonces los estudios epidemiológicos relacionados al TEC”.
El doctor Wajskopf adjudicó fundamental importancia a lo que califica como “la revolución en el diagnóstico de todas las ciencias neurológicas y sobre todo diagnóstico de lesiones, con la correspondiente puesta a punto de los tratamientos: la Tomografía Axial Computarizada, que mereció un Premio Nobel de Medicina. Se puede decir que para toda la neurocirugía y neurología hay un antes y un después de la aparición de la tomografía, pero para el trauma es algo contundente. Tan contundente que en el primer libro que escribimos de TEC inventamos lo que luego que quedó para siempre: TEC = TAC (traumatismo encéfalo craneano es igual a tomografía axial computarizada). Esto en el mundo es algo ya aceptado como inconcebible tratar o diagnosticar a una persona con posible TEC sin el uso de la Tomografía Axial Computarizada”.
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