Policiales | 11 Sep Unos 25.000 dólares se llevaron delincuentes armados que ingresaron durante la madrugada de ayer en una distribuidora de la zona del Estadio Cerrado Municipal. Los atracadores encañonaron y maniataron al sereno, para luego dañar dos cajas fuertes, donde se encontraba el dinero recaudado de la distribución en el interior departamental.
De acuerdo a información extraoficial obtenida por EL TELEGRAFO, el atraco se registró en una distribuidora emplazada en el antiguo edificio de la aceitera Cidac, sobre 25 de Mayo, donde se comercializan, entre otros productos, varias marcas de aceite, así como harinas e insumos para la cría de aves. El miércoles, una vez que los encargados cerraron el despacho al público, el sereno de la empresa –de 49 años- inició su tarea de vigilancia, pero la aparente tranquilidad se vio conmovida próximo a las 10 de noche, cuando un grupo de sujetos armados irrumpió desde los fondos del local, supuestamente tras ingresar por una puerta orientada hacia los fondos.
Los intrusos encañonaron al sereno y lo obligaron a entregarles las llaves de las oficinas, tras lo cual lo condujeron hasta una cama –el hombre vive allí-, lo maniataron y le cubrieron la boca con cinta plástica. Posteriormente se dirigieron hasta las cajas fuerte, donde horas antes los encargados habían guardado el dinero resultante de la distribución en ciudades del interior departamental. Valiéndose de una soldadora autógena, abrieron en primer término una caja de casi dos metros de altura, para concentrar luego su atención en otra un poco más pequeña, obteniendo en total una cifra cercana a los 25.000 dólares, y darse luego a la fuga por donde habían llegado. Próximo a las 2 de la madrugada, transeúntes que pasaban por 25 de Mayo escucharon ruidos extraños en el edificio y alertaron a la Policía, tras lo cual acudió personal de la Seccional Tercera. El sereno no supo dar una descripción detallada de los asaltantes, limitándose a describir a uno de ellos. Además dijo que por momentos los atracadores se comunicaban con acento “brasilero”. Hasta el cierre de la presente edición no había detenidos.