Deportes | 14 Sep El tercer lugar conquistado por Trébol en el plano nacional de rugby de Primera, es la demostración que se hicieron bien las cosas y que el equipo, pese a no estar en la final, siempre demostró que al plantel no le faltaron condiciones para asegurarse con justicia un lugar entre los cuatro mejores del Campeonato Uruguayo.
Recordamos que, previo al inicio de la temporada, el entrenador Martín Grille manifestaba que “nuestro objetivo es estar entre los cuatro primeros”.
Y vaya si se pudo alcanzar con ese objetivo. Con el respaldo de un grupo que siempre creyó en lo que era capaz, en el nivel de su rugby, y en que si se proponía podía alcanzar grandes cosas como la que conquistó ya que, si bien no llegó a la final, dejó claro que fue difícil vencerlo.
El torneo apertura
No fue el mejor de los albiverdes, pero tampoco se desentonó. Hubo resultados que condicionaron y, al final, les impidieron su ingreso a la semifinal, comenzando con el empate en el debut ante Montevideo Cricket.
De allí en más el plantel comenzó a crecer en nivel, con un grupo de jugadores de Primera y Reserva que respondieron en todo momento. Las derrotas sobre el final, ante PSG y los azulgranas, tras un buen triunfo como local ante Polo, no alcanzaron para estar en semifinales.
Un muy buen clausura
Otra cosa fue el segundo torneo del año, ganando como visitante y con la sola derrota ante Carrasco Polo antes de llegar a la final frente a Old Boys, que se perdió por muy poco, en una clara demostración que el plantel principal había crecido en su rugby, que se obtuvieron triunfos por demás importantes, con un equipo tipo que ganaba en casa y como visita, para ganarse un lugar entre los cuatro mejores.
Con mucho para ganar, logrando el respeto de la mayoría de los clubes de la principal división del rugby uruguayo a lo que se sumó el tercer puesto en Reserva.
Al final se le planteó dura lucha a Polo en semis, el equipo que se quedaría luego con el título, para cerrarlo con un tercer puesto que es producto de un trabajo colectivo que mereció respeto de propios y extraños. FMS