Opinion | 19 Sep En su momento Paysandú fue pionero en el país en cuanto a la producción de biodiesel, a través de la puesta en marcha por la Administración Lamas de la planta instalada en pueblo Esperanza, que tiene carácter integral, es decir que parte de la prensadora por la que se extrae aceite de la semilla oleaginosa y luego incorpora el equipo para la transesterificación, es decir el proceso de producción del biocarburante a través de la combinación con alcohol.
La planta producía biodiesel para su uso en la flota municipal, mediante la mezcla con gasoil, lo que tuvo carácter demostrativo y a la vez significó un puntapié inicial para dar la pauta de que es posible avanzar en la reconversión energética mediante el uso de materia prima de origen nacional y renovable.
Lamentablemente, la Administración Pintos ingresó ya con predisposición respecto a esta iniciativa, al punto que inmediatamente de asumir paró la planta, con el argumento de que era preciso reanalizar el proceso y decidir su destino, empezando por establecer fehacientemente la calidad del producto.
Este proceso lleva ya más de cuatro años, sin que se haya definido su destino, salvo darle participación a técnicos de la Facultad de Química que sostuvieron que no era buena la calidad del biodiesel, lo que ha dado lugar al “impasse” registrado hasta ahora, salvo una explotación muy mínima en volumen y duración por productores locales que temporalmente han utilizado un sector del equipamiento para obtener aceite alto oleico, en una experiencia interesante.
A esta altura resulta obvio que no hay voluntad política de las autoridades municipales por poner en marcha algo que fue concebido en la anterior administración, porque si la planta fue comprada en Argentina, donde se produce biodiesel para su uso corriente, se infiere que lo único que se requeriría en el mejor de los casos era introducir algún correctivo o mejora en el proceso para seguir elaborando el biocarburante cumpliendo normas técnicas que suponemos sí respetan otras plantas que se han ido construyendo en el país.
En suma, de pioneros hemos pasado a ser los últimos, la Intendencia de la Administración Pintos no ha puesto de relieve voluntad de reacondicionar y poner en funcionamiento de nuevo la planta, tampoco la ha cedido a privados para producir el biocarburante, y el gobierno nacional en este caso no le va en zaga cuando ni siquiera ha respondido al proyecto de Indisur S. A. para producir biodiesel en Paysandú a efectos de la mezcla con el gasoil en predio contiguo a la planta de combustibles de Ancap, en Nuevo Paysandú.