Paysandú, Domingo 20 de Septiembre de 2009
Rurales | 18 Sep MONTEVIDEO (Por Pablo Blanc). Mario Comman llegaba este año por primera vez como cabañero oficial de cabaña “Manray” de Manón Herrera Risso. Aunque ya contaba con 10 exposiciones como ayudante de cabañero, obviamente la responsabilidad era muy importante al tener que participar con equinos de la raza Appaloosa y bovinos Charolais.
Y si la primera vez como cabañero era poco, contó con la ayuda de su hermano Luis, que también por primera vez llegaba a la rural. Vaya si fue buena suerte. Primero fue el Appaloosa Preparatorio que logró el Gran Campeón, y luego el Charolais que se lució en las pistas. Por tal motivo, Comman comentaba en diálogo con EL TELEGRAFO que “el sueño de todo cabañero es el Prado. Preparamos a los animales durante todo el año para venir a la exposición, competir y andar lo mejor posible para sacar el Gran Campeón”.
Manifestó que hace 10 años que está en la cabaña. Aunque no era el cabañero oficial, ya que era el ayudante de Marcelo Delgado, hoy sí está como cabañero del establecimiento y oportunamente “hemos obtenido muchos grandes campeones tanto en Charolais como Appaloosa”.
Al comentar sobre el trabajo que se desarrolla con los animales, explicó que “se arranca desde muy chico, cuando el ternero comienza a caminar. Allí se lo prepara dándole comida, al igual que a las madres, para que junten leche. Se le va aumentando la comida y se ve como evoluciona hasta llegar al desarrollo adecuado para llegar al Prado”.
El Gran Campeón de la raza fue un Junior que con apenas 15 meses pesaba más de 700 kilos. Para que esto suceda explicó que se debe consumir “un gran volumen de ración, que en este caso son 11 kilos por día en tres veces diarias, además de mucho fardo de alfalfa y moha verde 2 o 3 veces por semana. Con toda esa alimentación ganaba aproximadamente 1,5 kilos por día”. Un detalle no menor y válido para especificar, es que el animal prácticamente no entra al campo, sino que los propios cabañeros le cortan el verde para alimentarlo.
En el caso de los productos de la raza Appaloosa, especificó que aquí la alimentación “no es tan importante. Sí lleva mucha preparación, como es el vareo, el trabajo para acomodar el pelo, además de vitaminas y mucho entrenamiento”.
Aclaró que son potrillos que entrenan en cuerdas y en la arena. “En círculo, frenándolo y haciéndolos retroceder para los músculos, y también para los que serán montados, tanto galope como trote”.
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