Nacionales | 18 Sep El presidente Tabaré Vázquez destacó en la sede de la Organización de Estados Americanos (OEA), la hermandad de los países latinoamericanos y rechazó el golpe de Estado registrado en Honduras. Subrayó que Uruguay dejó de reconocer a la embajadora de ese país porque no representa al gobierno constitucional. Asimismo indicó que el Plan Ceibal es un proceso de cambios profundos e irreversibles, los cuales abren pasos hacia un mundo mejor.
En la OEA, Vázquez valoró enormemente la invitación al visitar la sede del organismo, donde fue recibido con muestras de fraternidad. Destacó que es natural que tal hecho ocurra, porque más allá del idioma en el cual se hable, del paisaje que se transite y de la historia que se recorra, “eso somos los americanos: hermanos”.
Enfatizó que la agenda de la organización es diversa y compleja como lo es América Latina, con asuntos que no son irrelevantes, siendo algunos especialmente relevantes. En ese sentido citó la situación planteada en Honduras. Subrayó que la posición de la OEA y de Uruguay es categórica en el rechazo al golpe de Estado y en el reclamo de un inmediato restablecimiento del orden constitucional, con la finalidad de reconstituir en sus cargos a las autoridades democráticamente electas por el pueblo hondureño.
Explicó que Uruguay ha dejado de reconocer a la embajadora concurrente de Honduras, por no representar al gobierno constitucional de ese país. En ese contexto, dijo que nuestro país no reconocerá a un eventual gobierno que pudiera surgir de la situación de ruptura institucional, que actualmente padece esa nación.
Vázquez indicó que América tiene tantos contrastes que parece haber sido creada por algún dios bipolar. No obstante, dijo que “la estamos construyendo nosotros”, tarea histórica con hechos y momentos que también son de alegría, añadió. En tal sentido enfatizó que en Uruguay está ocurriendo una revolución pacífica. Afirmó que el Plan Ceibal es una revolución, en tanto proceso de cambios profundos e irreversibles, los cuales abren pasos hacia un mundo mejor. Sostuvo que es una revolución en la capacidad de pensar, educar, aprender, lograr igualdad de oportunidades y democratizar el conocimiento, lo cual da cuenta de que “en nuestro país ya no hay marcha atrás”.