Opinion | 25 Sep En estos días se realiza en Paysandú el 2º Congreso Internacional de Asociación Odontológica de Paysandú, en coincidencia con los 75 años de la Asociación, 25 años de la Federación de Odontología del Interior y 80 años de la Facultad de Odontología. Durante las jornadas académicas pasarán 50 disertantes de Argentina, Brasil, Israel y Guatemala y participarán profesionales de distintos puntos de Uruguay y de ciudades de Argentina.
El evento supone una buena noticia por varias razones. En primer lugar, como evidencia del compromiso profesional de los odontólogos sanduceros por aprender, superarse y en definitiva mejorar la calidad de la atención que brindan a la población. En segundo término, porque el esfuerzo de realización de un evento de carácter internacional supone un paciente y comprometido trabajo en favor del colectivo de colegas y al mismo tiempo al departamento de Paysandú en su conjunto. Además, genera un movimiento turístico que moviliza la actividad de hoteles, propuestas gastronómicas, culturales y comerciales y promueve el conocimiento de la ciudad como espacio turístico para visitar luego en diferentes ocasiones.
En el mundo unas 80 millones de personas por año viajan para participar en los 90.000 congresos profesionales que se organizan. En Uruguay, el llamado “turismo de congresos” es un fenómeno en fuerte expansión. Nuestro país ocupa el quinto lugar en la organización de eventos en América Latina, mientras que si se considera a Montevideo, la capital se ubica en el puesto 60 en un ranking de 400 ciudades del mundo entero.
Evidentemente una ciudad que se piense como sede de eventos debe planificar estratégicamente acciones para consolidarse en el mercado y necesariamente invertir en infraestructura adecuada a los requerimientos.
Se estima que los concurrentes a un congreso son turistas que consumen en mayor porcentaje sol y playa, por ejemplo. Bienvenidos sean los esfuerzos para realizar congresos, jornadas y encuentros como promueven varias asociaciones profesionales de Paysandú, porque revalorizan su profesión y contribuyen al desarrollo local.