Maniobra supera los 800.000 pesos

Policiales | 27 Sep Dos mujeres de 25 y 39 años fueron procesadas por la Justicia luego de comprobarse su responsabilidad en el robo de más de 800.000 pesos en medicamentos, que eran ofrecidos a terceros a través de mensajes de texto.
En base a información extraoficial recibida por EL TELEGRAFO hace unos días se presentó en la Seccional Primera el propietario de una cadena de cuatro farmacias de la zona céntrica y denunció que desde hacía un tiempo notaba que no le “cerraban los números”, aduciendo una pérdida cercana a los 800.000 pesos.
De inmediato se montó una investigación policial, efectuándose vigilancias en las cuatro farmacias. Sin embargo, un extraño movimiento de una empleada de uno de los locales llamó poderosamente la atención de los efectivos.
Dicha joven, de iniciales M.I.S.V., debía reponer mercadería en la farmacia en la cual trabajaba y semanalmente renovaba el stock de cajas de la línea Perifar en sus distintas modalidades: Grip, Fem, Flex, Pediátrico y 400 mg. Sin embargo, se estableció que la cantidad de medicamentos que levantaba desde la farmacia central, ubicada sobre 18 de Julio, no era la misma que destinaba a la sucursal.
Así se pudo comprobar que las restantes partidas eran comercializadas de forma ilegal a un sujeto, de 52 años, a quien M.I.S.V. le entregaba mercadería tanto en su domicilio como en distintos puntos de encuentro cercanos a la finca del comprador. Dicho individuo pagaba cerca de 5.000 pesos por semana a M.I.S.V. por los medicamentros que le conseguía, desde hacía casi un año.
Asociación para delinquir
Una vez detenida, la empleada indicó que no era la única que robaba desde su trabajo y señaló que su compañera de tareas era quien le había enseñado tal modalidad, conformando ambas una especie de asociación para delinquir.
Raudadamente la Policía condujo a una mujer de 39 años, de iniciales A.L.T.N --empleada de la farmacia desde hacía 17 años-- quien aseguró que a los medicamentos que M.I.S.V. llevaba a la farmacia los ofrecían a través de mensajes de texto a distintos revendedores.
El método era sencillo: recibían pedidos de los compradores o ellas mismas ofrecían los fármacos que tenían. Agregaron que a los remedios no le daban ingreso en el sistema de la empresa, por lo que quedaban como “partidas fantasma”; por este negocio fraudulento percibían cerca de mil pesos cada una por día.
Paralelamente, en la víspera se hizo un allanamiento en la finca del mayor comprador ocupándosele casi 700 cajas de remedios donde, además de los vendidos por las farmaceúticas, había una serie de medicamentos de origen argentino los cuales no pueden ser expedidos sin receta médica.
Puesto en conocimiento de la Justicia, se dispuso el procesamiento sin prisión de M.I.S.V y de A.L.T.N. por un delito continuado de apropiación indebida en calidad de autoras, disponiéndoles como medida sustitutiva a la prisión el presentarse en la Seccional Primera sábados y domingos, de 10 a 14. En tanto, el comprador fue puesto en libertad.