Nacionales | 27 Sep El exitoso retorno de Uruguay al mercado internacional de deuda demuestra la estabilidad que vive el país a un mes de las elecciones generales y la confianza de los mercados ante la posibilidad de que la izquierda continúe en el gobierno, dijo el ministro de Economía, Álvaro García, en tanto que Fitch calificó con “BB-” el bono emitido.
Uruguay lanzó el lunes un bono por 500 millones de dólares con vencimiento en el 2025, que recibió una demanda por 2.689 millones de dólares. Semanas atrás, Moody’s Economy.com publicó un informe en el que pronosticó una mayor intervención del Estado, una política económica más populista y un aumento del déficit fiscal debido a un mayor gasto social en caso de que José Mujica gane las elecciones.
“La emisión en el mercado global fue demandada por cinco veces lo que ofertábamos, lo cual muestra a las claras que el mundo no está leyendo que pueda haber algún tipo de problema con el gobierno que venga”, dijo García a la agencia Reuters.
A pesar de la crisis internacional, Uruguay evitó caer en recesión técnica al registrar un crecimiento de un 0,5% en el segundo trimestre, frente al primero, y un 1,5% en el primer semestre, respecto a la primera mitad del 2008. Con este escenario, las autoridades elevaron la previsión de expansión de la economía en el 2009 a un 1,2%, desde el 0,7% anterior, mientras que para el presidente Tabaré Vázquez el crecimiento será de entre un 1,5 y un 1,7%.
Según García, con la emisión de deuda del lunes Uruguay adelantó parte del financiamiento necesario para el 2010. En caso de que ninguno de los postulantes supere el 50% de las adhesiones en octubre, los dos más votados deberán disputar una segunda vuelta electoral a fines de noviembre.
Por otra parte, la agencia Fitch asignó una calificación de “BB-” al bono emitido. La calificación coincide con la nota que tiene la deuda del país en moneda extranjera.
Fitch señaló que el perfil crediticio de Uruguay está apoyado por necesidades de financiamiento que no son acuciantes y por su estabilidad política, lo cual reduce el riesgo de un cambio abrupto de sus actuales políticas económicas.