Paysandú, Domingo 04 de Octubre de 2009

Brincadeiras Políticas

Nacionales | 28 Sep No saludar con sombrero ajeno
En política, como en otros órdenes, todo depende del cristal con que se miren las cosas. En el caso del Partido Nacional, muchos dicen que el gran cerebro detrás de la fórmula presidencial es el candidato a senador suplente de Jorge Larrañaga, el economista Javier de Haedo. En una entrevista cedida a “El País”, salió al cruce de las promesas electorales del Frente Amplio y exhortó a poner los pies en la Tierra respecto a las razones por las que Uruguay no entró en recesión. “Lo están usando como un mérito propio, cuando en realidad lo que hay que ver es qué pasó en el mundo en estos años”, argumentó De Haedo, al referir al modo en que los frenteamplistas intentan atribuirse méritos por los menguados efectos de la crisis en nuestra economía. También rechazó la promesa de la coalición de que la economía uruguaya crecerá en un 30% durante el próximo quinquenio. “Eso no se puede prometer. Esta semana el politólogo Adolfo Garcé dijo que le llamaba mucho la atención --no es un economista, pero tampoco es un hombre de la oposición-- que se planteara un crecimiento del 30%. Yo había hecho el mismo razonamiento. ¿El FA solamente sabe gobernar con un 30% de crecimiento quinquenal?”, se preguntó el economista y recordó que los crecimientos económicos no se prometen, se estiman. En tanto, manifestó sus dudas respecto a la ingerencia que tendría Danilo Astori en un hipotético nuevo gobierno del Frente Amplio.
Numeritos que duelen
Dijimos en más de una oportunidad que, por momentos, la presente campaña electoral no entusiasma a nadie. Carece de propuestas interesantes y se basa fundamentalmente en el ataque personal. Este fin de semana, si bien se mantuvo algo alejada de lo programático, adquirió un nuevo cariz, algo más sustancioso y concreto. En el marco de un evidente cambio de estrategia, el Partido Nacional se zambulló en los archivos de la actual administración y comenzó a desenterrar numeritos que pueden cambiar el rumbo de los acontecimientos. De acuerdo a un informe divulgado por el mismo matutino, en lo que va de un año el gobierno --contrariamente a lo que ha sido su prédica-- habría contratado en forma directa a unos 1.500 funcionarios. El dato, avalado nada menos que por el Tribunal de Cuentas, derivará en el llamado a Sala de varios ministros, entre ellos el de Álvaro García, titular del Ministerio de Economía.
“Son tantos los entes involucrados, que debería desfilar todo el gabinete si citamos a todos los ministros”, adelantó el diputado de Alianza Nacional, Álvaro Lorenzo. Lo más grave de la situación sería que muchas de las observaciones efectuadas por el Tribunal de Cuentas a estas contrataciones tuvieron la abstención de los dos ministros del Frente Amplio, lo que, agregó Lorenzo, configuraría “un escándalo”. “Esto es un ‘viva la pepa’, acá está entrando gente a mansalva”, subrayó.
Clamor por explicaciones
Desde filas coloradas, el senador Isaac Alfie dijo que sería “muy razonable” conocer “cuánto cuesta este mundo de contratos”, ya que se trata de una “carrera loca de ingreso al Estado”. El nacionalista Francisco Gallinal, en tanto, opinó que se trata de “una mala noticia elevada al cuadrado”. “Este gobierno persiguió funcionarios públicos por no ser frenteamplistas, con traslados y destituciones. Y ahora incorporaron gente suya sin concursos ni respetar la ley. Hoy el Estado tiene 14.000 funcionarios más que el día que asumió el doctor Tabaré Vázquez”, enfatizó Gallinal. El trascendido provocó la reacción de varios integrantes del gobierno, quienes aseguran que las cifras son falsas y no reflejan la política aplicada por la actual administración. El director de la OPP, Martín Dibarboure, aseguró que se trata de “contratos por programas de cooperaciones y no tienen nada que ver con el Estado”, al tiempo que el diputado Eduardo Brenta (FA) sostuvo que es “absolutamente falso que exista una sola designación directa de un funcionario público en todo el período de gobierno”.
La otra motosierra
Una herramienta puede ser buena o mala dependiendo, claro está, de cómo se la utilice. El candidato blanco Luis Alberto Lacalle utilizó la motosierra en una metáfora poco feliz, que sus adversarios utilizaron luego para literalmente rebanarle las piernas. Sin embargo, demostrando que es un “hueso duro de roer” o, mejor dicho, “un árbol difícil de talar”, Lacalle esgrimió nuevamente la motosierra, aunque en esta ocasión dirigiéndola hacia el lugar preciso. De acuerdo a información divulgada por “La República”, en un acto celebrado en las Canteras del Parque Rodó el líder nacionalista se quejó del predominio de la referida herramienta en la campaña frenteamplista y advirtió que efectivamente la utilizará, pero para otros fines.
“Motosierra para terminar con los privilegios, para terminar con el clientelismo, favoritismo de algunos. Motosierra a la cultura del pobrismo, para hacer que los pobres sigan siendo pobres y entonces son botín electoral”, anunció.


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