Rurales | 04 Oct La tradicional zafra de venta de toros tuvo su puntapié inicial con la comercialización de los toros de la Central de Pruebas de la Hereford en Kiyú, oportunidad en la que se despachó medio centenar de toros con un promedio de U$S 2.500.
En la pista “Roberto Lohigorry Otero”, bajo la conducción del martillero Daniel Dutra y todo su equipo, se comercializó medio centenar de toros (afuera se negociaban los que quedaron sin oferta), a un valor máximo de U$S 5.700, para el primer ejemplar en salir a pista, perteneciente a estancia “Cueva del Tigre”, del doctor Tomás Rodríguez Higgs, adquirido por la firma “Carlos Tavares e hijos SG”, de La Paloma, departamento de Durazno.
Después se fueron comercializando entre una demanda cautelosa, no aceptándose ofertas por debajo de U$S 1.500, que fue el mínimo de la tarde.
Aún cuando en esta subasta se ofrecen toros de reconocida calidad y con datos que avalan su poder de conversión de pasto en carne, es bueno reconocer también que muchos compradores siguen apostando más a sus conocidos proveedores de genética ya probada en sus rodeos.
Pero además, y aún cuando las expectativas de lluvias son buenas para esta primavera, en muchas zonas todavía no han venido los campos en el grado que necesitan los vientres para recuperarse y hacer que sus dueños tomen la decisión de invertir en toros. Entonces esto puede significar que esta sea una zafra alargada.
Así lo entienden los responsables del remate, al efectuar un análisis de lo ocurrido este sábado en Kiyú. De todas formas entienden que el remate estuvo bueno y que el promedio de U$S 2.500 está dentro de lo esperado.