Locales | 05 Oct Es notorio desde hace años una demanda insatisfecha por viviendas de menor precio, tanto en lo que refiere al alquiler como a la compra, en tanto en el caso de las fincas de mayor precio, la operativa del mercado está nivelada y hay colocaciones fluidas, destacó a EL TELEGRAFO el Dr. Alfredo Tortorella, director del Instituto de Capacitación Inmobiliaria Uruguayo, que recientemente encabezó un seminario taller en Paysandú. Evaluó que “el mercado que conocemos indica que en Montevideo y zonas aledañas, con extensión a todo el país, hay un faltante y una consecuente demanda de propiedades pequeñas y medianas, así como medias bajas, pero en el caso de las propiedades de alto nivel no hay déficit porque eso es lo que se está construyendo, y tiene un público especial, un nicho de mercado muy específico, porque se vende igual y va para inversores, por ejemplo”.
“Tenemos además una demanda mayor en los últimos años, de viviendas de un dormitorio, porque por razones sociales hay un crecimiento notable de viviendas unipersonales, como es el caso de personas que se divorcian, que quedan viudas, pero fundamentalmente jóvenes que se van independizando de los padres en determinados sectores sociales, sobre todo”, indicó.
“Estos necesitan alquileres de este tipo de viviendas, tanto en monoambientes como apartamentos de un dormitorio. Estas casas son las que hacen falta en el mercado, por lo que vemos, pero las empresas constructoras prefieren edificar apartamentos de mediana categoría para arriba, en algunos casos de lujo, porque tienen un requerimiento especial, pequeño en general, pero muy valioso en cuanto al importe económico, caso de gente del exterior, inversores que vienen a refugiar sus capitales en Uruguay”, precisó.
Mercado “comprimido”
“Eso hace que el mercado esté comprimido, porque la gran masa de clase media, que tendría que estar demandando, no la veo con mucho dinamismo, salvo por iniciativa de algunos créditos bancarios que hay en plaza. No solamente el Banco de la República, el Ministerio de Vivienda, sino que varios bancos salieron al mercado pero con cierta timidez en cuanto a los montos, y a la vez muy exigentes en cuanto a garantías, hipotecarias, naturalmente, y el problema fundamental es la demora de los trámites de estos préstamos bancarios”, explicó.
Acotó que “cuando una propiedad debería poderse hipotecar en mucho menos de treinta días, nos encontramos con que hoy, con los registros públicos funcionando a la perfección o casi, los bancos demoran 60 y a veces 75 días para otorgar un crédito; eso lleva a que muchos propietarios que están dispuestos a vender, no acepten que el comprador integre una parte del precio con crédito bancario”. Significó el profesional que “este aspecto enlentece el mercado, pero por otro lado hay una razón social, porque la gente no tiene todo el dinero y a veces necesita complementar los ahorros e incluso el producto de la venta de una propiedad más chica para pegar un salto y acceder a una de mayor valor”.