Paysandú, Viernes 16 de Octubre de 2009
Locales | 11 Oct (Por Enrique Julio Sánchez, desde Estados Unidos).- La reforma migratoria se prepara para su reingreso al Congreso y el próximo martes (martes 13) quizás no sea realmente sinónimo de mala suerte, aunque por las dudas no voy a pasar por debajo de una escalera... ni casarme, claro. Ese día, en el Congreso de los Estados Unidos un congresista demócrata se prepara para entregar a la Cámara de Representantes un proyecto de reforma migratoria generoso que incluiría, entre otras recomendaciones, una vía de legalización para millones de extranjeros sin papeles que carecen de antecedentes criminales, pagan impuestos y llevan tiempo viviendo en Estados Unidos.
La iniciativa corresponde al congresista por Illinois Luis Gutiérrez, y llega en momentos en que la discusión migratoria se encuentra estancada a causa del debate de la reforma de salud en el Congreso, tema que fue entregado por la Casa Blanca el 6 de marzo y podría dilatarse varias semanas más en el legislativo.
Obviamente, este tema ni figura en los medios de prensa en idioma inglés, sorprendidos por la nominación del presidente Barack Obama como Premio Nobel de la Paz, lo que los gringos no terminan de entender.
Eso es bastante lógico, porque el premio no se le concedió a Obama por algo que haya hecho dentro de los Estados Unidos, sino hacia el exterior, relacionado con la política internacional y sus esfuerzos concretos por paz en el mundo.
Pero, al menos al día siguiente del anuncio del Comité noruego, la opinión pública estaba dividida, lo mismo que el espectro político, tras un duro comunicado de los legisladores republicanos, que acusaron al Comité de “político” y de utilizar a una figura internacional para atraer atención a los premios Nobel.
La discusión recién comienza, mientras Obama se ha limitado a indicar que recibirá el premio con “honor y humildad”.
Otra noticia que tampoco ha tenido mucha repercusión en la prensa, es la pérdida de un ícono gringo, vinculado a la fuerza y a la capacidad de oponerse con éxito a todos los problemas. Me refiero al vehículo conocido como Hummer, un todo terreno que se vendía como un “gran producto estadounidense”, capaz de sortear con éxito todos los caminos y climas.
La General Motors vendió la empresa a la compañía Sichuan Tengzhong Heavy Industrial Machinery (que se queda con el 80%) y el inversor Suolang Duoji (que se queda con el 20% restante). Sí, obviamente, empresa e inversor chinos.
Para la GM la venta de Hummer es la primera buena noticia que ha recibido desde que salió de la quiebra durante el verano y se produce pocos días después de que los directivos de Tengzhong y los de General Motors pasasen más de una semana ultimando los detalles del acuerdo. GM ha decidido eliminar como parte de su proceso de reestructuración otras tres marcas: Pontiac, Saab y Saturn.
Pero para el estadounidense medio es otro golpe a su orgullo. Y le quedan pocos, pues cada vez más sus productos líderes se están haciendo en China. Como el caso de los famosos termos Aladdin Stanley, los irrompibles (aquellos verdes, metálicos), que desde hace años se fabrican en China, lo que ha generado un poderoso mercado de termos usados en eBay, de la época en que fueron construidos en Nashville, Tennessee.
El paisaje otoñal ha suplantado hace rato al veraniego, y las prendas livianas se han ido de cabeza a los arcones. Ahora mismo buena parte de la población se prepara o ya se ha dado la vacuna contra la gripe, que se puede obtener gratis para aquellos que cuentan con seguro médico total, o pagando 25 dólares.
Y aunque es un tema del que poco se conversa, se espera con preocupación la llegada de la época invernal, por el virus H1N1, la temible gripe para la cual habrá que darse otra vacuna, esta gratis para toda la población, con o sin documentos.
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