Iniciativa en el Parlamento

Locales | 13 Oct Aunque las gremiales de taximetristas de Montevideo se han pronunciado contra el proyecto de ley que crea un fideicomiso para las naftas a efectos de abaratar el costo de este carburante para el sector, en el caso del Interior las opiniones están divididas, por cuanto la realidad es diferente a la de la capital, indicaron a EL TELEGRAFO dirigentes del Centro de Taximetristas de Paysandú.
Precisamente existe en el Senado un proyecto de ley –que el lunes volvió a comisión-- que crea la figura del fideicomiso para las naftas, el que es resistido por las gremiales montevideanas por entender que esta figura debería crearse para el gasoil en lugar de las naftas, desde que las unidades que están circulando utilizan este carburante.
En cambio, la intención del Poder Ejecutivo es promover el pasaje de las unidades gasoleras a nafta, a efectos de reducir el desfasaje entre el consumo del gasoil y de las naftas, que obligan a compras de combustible diesel en el exterior y a la vez exportar a bajo precio el sobrante de combustibles livianos que derivan del refinado en la planta de La Teja.
En el caso del Interior, y de Paysandú y Salto concretamente, hay una realidad distinta a la de Montevideo, desde que las opiniones entre los taxistas están divididas debido a que hay un precio diferencial de las naftas vigente a efectos de combatir el trasiego desde la vecina orilla, y puede resultar más conveniente que el gasoil.
De acuerdo a lo manifestado por los dirigentes locales, en Paysandú ya hay taximetristas que han pasado sus unidades a nafta, y por lo tanto ven con buenos ojos que se cree el fideicomiso para este carburante, contrariamente a la visión que se tiene en Montevideo, donde prácticamente se utiliza solo el carburante diesel.
A la vez, reconocieron que las distancias y el uso en Montevideo son distintas, desde que los largos recorridos y la demanda, permiten obtener el máximo de ventaja de los gasoleros, en tanto en Paysandú, el servicio se cumple de manera distinta con distancias menores y un uso que es menos frecuente, lo que se adapta por ejemplo a las condciones de los nafteros.
En todos los casos, acotaron, hay elementos a favor y en contra de las dos opciones, por lo que deberían buscarse alternativas que de todas formas permitan que se reduzca la incidencia del factor combustible en el costo del servicio, que conspira contra al mantenimiento de las tarifas.