Opinion | 14 Oct En opinión del domingo pasdo dábamos cuenta de la situación planteada en el puente General Artigas, cuyas instalaciones están superadas. El problema es que este paso de fronteras no fue previsto para la densidad de movimiento que maneja actualmente, ni se ha hecho nada para solucionar los inconvenientes que se generaron a partir del bloqueo al puente de Fray Bentos.
Si bien existen propuestas para modernizar y ampliar las instalaciones del puente, no es real esperar que alguna de estas reformas se cumpla en el corto plazo, por cuanto los tiempos del Estado nunca están en sintonía con las necesidades del país. Además es difícil predecir lo que sucederá el día que la Asamblea de Gualeguaychú se le ocurra levantar el corte del otro puente, y muchos apuestan a que Paysandú vuelva a los niveles de circulación anteriores a 2006.
El problema es que aunque la actual situación sea coyuntural, no se sabe hasta cuándo durará y mientras tanto los turistas y transportistas sufren las consecuencias, con horas de espera para cruzar el tránsito liviano y días los camiones, al rayo del Sol en verano o las heladas en invierno, sin servicios higiénicos o siquiera un lugar seguro donde dejar el camión para que el chofer pueda distraerse.
Por todo esto seguramente más de uno “le hará la cruz” a Paysandú y su puente, y en la primera oportunidad que pueda evitarlo, lo hará.
Si tanto nos preocupa conservar algo del tránsito actual, es imperioso dar solución inmediata a algunos de estos problemas. Por ejemplo, hay que habilitar urgentemente la playa de estacionamiento para camiones, dotarla de vigilancia, servicios higiénicos para los conductores y duchas, al menos en forma precaria. Asimismo habría que instalar más baños en el paso de fronteras y contratar un servicio de limpieza permanente para que se mantengan en impecables condiciones higiénicas.
Cuando se generen colas demasiado extensas, se podría instalar carteles indicadores del tiempo estimado de espera, y si supera las tres horas informarle al turista que a 120 kilómetros está el puente de Salto Grande, donde puede cruzar sin demoras y con mayor comodidad. Seguramente muchos agradecerán esta información, ya que aunque significa gastar unos litros más de combustible podrán llegar a destino en menos tiempo, evitando los inconvenientes de estar parado bajo el sol abrasador.
Todo esto habría que hacerlo antes de la próxima temporada, de forma que los turistas se sientan apreciados y vean que hay un esfuerzo por hacerles más placentero el viaje.