Paysandú, Domingo 18 de Octubre de 2009
Locales | 15 Oct Raros efectos y varias posibles causas se verifican en el mercado inmobiliario de ventas y alquileres, a estar por los comentarios formulados a EL TELEGRAFO por operadores de este rubro, consultados sobre cómo reaccionan vendedores, compradores y arrendatarios con las ofertas de la Agencia Nacional de Vivienda, el Banco Hipotecario y de dinero para comprar casas que hace la banca privada.
“Están frenados muchos negocios, y hay desfasaje en los precios tanto para alquilar como para vender”, estableció uno de los consultados. Si bien reconoció que los préstamos hipotecarios, tanto públicos como de la banca privada, tendrían que movilizar la plaza, “los valores se fueron muy arriba, tal vez por esta misma razón”.
Sin embargo, la gente que solicita préstamos para compra de vivienda “accede a cantidades insuficientes para lo que piden los propietarios”. Es que los préstamos se consideran con dos elementos fundamentales, que son los ingresos de la familia que quiere comprar, y el valor de tasación del bien que se vende.
“Con treinta o cuarenta mil dólares no se encuentra casi nada en el mercado, aunque hay casas que están claramente sobrevaloradas y en una situación normal podrían valer eso o menos de lo que piden”, especificó otro agente, manifestando que en ocasiones los mismos bancos consideran excesivo el precio pedido.
SIN CAUSA CLARA
Entre las posibles causas, figuran la crisis mundial, las elecciones nacionales y la volatilidad del dólar, aunque ninguno de los consultados fue concluyente en alguna causa en particular, sino que sería por “una espiral que se creó sola, con múltiples causas pero ninguna definitiva. Esto viene desde hace un tiempo largo, y no responde exactamente a razones de mercado”.
Así las cosas, los potenciales compradores no llegan a los precios que los propietarios creen que vale su vivienda, y hay una demanda insatisfecha, con un volumen de oferta que si bien no es enorme, se encuadra en lo que tradicionalmente se maneja.
Uno de los operadores recordó que “desde el último informe que hizo el diario, la cantidad de inmuebles no cambió mucho, se está construyendo poco en Paysandú, y la demanda aumentó”.
PROBLEMAS DE DOCUMENTACIÓN
Además, otra de las fuentes señaló que uno de los problemas que se han constatado, sobre todo cuando la gente compra con préstamos bancarios tanto privados como del BHU o la Agencia Nacional de Vivienda, es que “hay muchos inmuebles que tienen problemas o irregularidades en su documentación”. Esto se debería a varias causas, como casos de sucesiones no cerradas, falta de regularización en los planos o problemas de padrón único con dos o más casas y deudas de construcción nueva con el Banco de Previsión Social, por ejemplo.
“En eso no hay arreglo”, dijo gráficamente una fuente: “cuando los papeles no están bien, los mismos bancos, y más el Hipotecario, rechazan el negocio”. Cabe recordar que en estos casos la garantía del crédito es el propio bien, por lo que los escribanos de los bancos no reciben documentaciones donde haya alguna situación irregular. “Hay algunas casas en venta que tienen problemas sucesorios o de regularizaciones, y aunque es responsabilidad del vendedor tener todo en orden, esperan que haya un interesado para firmar y después invertir en los papeles que necesitan”, explicó un corredor inmobiliario. Sin embargo, los bancos no acceden a que se hagan los papeles después, sino antes de definir el préstamo, lo que establece una situación por demás complicada.
NO SE ALQUILA
Los consultados coincidieron en señalar que el mercado de casas habitación para alquilar tiene poca demanda -probablemente por las posibilidades de acceso a créditos para comprar- y hay una oferta “sostenida” pero también fuera de los precios que pueden considerarse “razonables” para quienes demandan una vivienda para pagar un alquiler. “Piden seis mil, ocho mil o diez mil pesos por una casa de dos dormitorios, y ese es el sueldo de un trabajador, que es el que quiere alquilar”, dijo un operador inmobiliario, manifestando que “con esa base es difícil hacer negocios, no hay muchos que puedan pagar eso de alquiler, más los gastos de luz y agua”.
Exactamente lo opuesto pasa con el alquiler de locales comerciales, donde hay una demanda importante y muy poca oferta. “Casi no se encuentra, y los que hay cuestan caros”, afirmó un agente que alquiló recientemente un local “chico, fino y largo” en una calle paralela a 18 de Julio por la suma de $ 18.000. “No hay locales interesantes”, dijo otro, afirmando que “normalmente se negocian rápido cuando aparecen”.
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