ESCRIBE EL DR. RODOLFO CANABAL

Locales | 13 Oct En fecha reciente la Asociación Cristiana de Dirigentes de Empresa (ACDE) organizó excelente foro denominado “Políticas de Estado. El rol de la universidad en la sociedad del conocimiento”;  intervinieron mediante exposiciones los Rectores de la Universidad de la República, Rodrigo Arocena; de la Universidad Católica, Eduardo Casarotti; de la Universidad ORT, Jorge Grünberg; de la Universidad de Montevideo, Santiago Pérez del Castillo; de la Universidad de la Empresa, Roberto Brezzo;  del Centro Latinoamericano de Economía Humana, Romeo Pérez Antón.
Fue una excelente reunión, en la cual quienes ejercen tan importantes y muy especializadas  funciones en las entidades universitarias mencionadas expusieron, con gran claridad y precisión, fruto de su notoria experiencia,  cuál es la función sustancial actual de dichas entidades, a la luz principalmente de las necesidades que la evolución económica y social hoy exige en materia de formación para estar en condiciones de hacer frente a lo que se requiere para mantener, y además impulsar,  los niveles de progreso actuales  y futuros.
Con la ayuda del resumen de las exposiciones que insertó el colega metropolitano El País el 7 del corriente fue posible glosar algunas de las expresiones entonces formuladas:   Brezzo expresó que las universidades  deben  ajustarse a la nueva demanda de formación, que obliga a  plantear nuevas ofertas educativas a distintos niveles, y mayor capacidad para atender la demanda; Pérez del Castillo señaló que los educandos deben alternar en un mundo nuevo, donde se vale por lo que se es y por lo que se sabe; Casarotti afirmó que la diversificación de la oferta universitaria mejoró la de posgrados,  que aún hay bajo número de graduados y de posgrados y baja producción académica; Arocena manifestó que el país necesita la expansión de las fuentes de conocimiento, que es crítico de la estructura de la Udelar, la cual está en proceso de reforma, que se deben crear centros universitarios regionales interdisciplinarios, vinculados a la región, en coordinación con intendencias y privados; Grünberg hizo implícitamente alusión a la necesidad de que las entidades públicas colaboren y no pongan obstáculos a las entidades universitarias privadas;  Pérez Antón  señaló que aún no se ha elaborado socialmente lo necesario en cuanto a la voluntad de acceder a la sociedad del conocimiento; no falta mucho, pero el tiempo corre demasiado rápido.
Pero, sin perjuicio de la utilización de tales expresiones y referencias que aluden a circunstancias con matices diferentes, se debe señalar que existió una sustancial y clara coincidencia con relación a la indispensable necesidad de adecuar la oferta universitaria al creciente requerimiento de formación de técnicos, con preparación para las diversas especialidades de la producción nacional, en todos los niveles,  sectores y ámbitos productivos. En tal sentido fue sin duda muy agradable advertir tal sustancial coincidencia, que permite ver con mucho optimismo el futuro de tal adecuación de la actividad universitaria a las reales  necesidades del país.
Ello además induce a subrayar algo que en diversas notas fue señalado en esta columna: la necesidad, en verdad indispensable, de contribuir a la reducción de la tremenda brecha, que ya se señaló en 1992 en el “Seminario Universidad y Mercosur” realizado en Montevideo, que existe entre los países altamente industrializados y los latinoamericanos en tres tipos de indicadores: en educación científica superior los estudiantes eran allí  seis veces más numerosos, tenían  nueve veces más cuadros técnicos y científicos, y concentraban 96% de los gastos en investigación y desarrollo a nivel mundial. La coincidencia señalada de los rectores es por tanto algo que permite empezar a revertir, obviamente en la medida en que sea posible,  tan desfavorable  brecha.
Corresponde finalmente señalar que muchos universitarios consideran que en la reciente iniciativa del Poder Ejecutivo, por la cual se propone crear la “Agencia de Promoción y Aseguramiento de la Calidad de la Educación Terciaria”, (Apacet), no está definido con claridad si la Universidad de la República está incluida entre las entidades universitarias a las cuales se debe realizar, por el nuevo organismo proyectado, la evaluación del nivel académica que le compete, algo que se entiende que  sería  pertinente y que contribuiría a prestigiar a la universidad estatal.