Opinion | 15 Oct En el marco de una nueva política de prevención y organización interinstitucional ante situaciones de desastre, el gobierno, con el apoyo del Programa de Asistencia Humanitaria (HAP) del Comando Sur de Estados Unidos, acaba de inaugurar en Paysandú un Centro Coordinador de Emergencias Departamental (Cecoed). Desde este centro operativo, a través de equipamiento de alta tecnología, funcionarios de las instituciones que conforman el Comité Departamental de Emergencias monitorearán variables climáticas durante todo el día, en tanto coordinarán acciones ante situaciones puntuales como incendios forestales y otras circunstancias de riesgo para la población.
La instalación de esta base operativa significa un paso adelante en el área de prevención, pero fundamentalmente –de funcionar de acuerdo a las expectativas-- evitará superposición de esfuerzos ante la urgencia y disminuirá sustancialmente los márgenes de tiempo en circunstancias en que cada minuto cuenta. Además, tal cual está previsto en esta iniciativa gubernamental, se trabajará en base a mapas de riesgo, lo que permitirá efectuar proyecciones e identificar las áreas más vulnerables ante situaciones como incendios forestales e inundaciones.
No obstante, si bien se trata de un elemento ya evaluado por el Comité Nacional de Emergencias, no existe mucha información respecto a la política de comunicación que adoptarán los comités departamentales ante situaciones de emergencia. Durante décadas, la información fragmentada y la falta de coordinación interinstitucional al momento de informar a la población respecto al estado de situación, se ha convertido en elemento de distorsión, diametralmente opuesto al concepto operativo que teóricamente impulsa el gobierno a través de estos centros.
Además de un área de prevención y logística, los centros departamentales deberán concentrar eficazmente la información de carácter oficial, para luego volcarla con fluidez a la opinión pública a través de los medios de comunicación; de modo tal de evitar trascendidos y situaciones que puedan atentar contra el bien común. Generar información, prevenir y actuar en consecuencia es fundamental, pero también lo es mantener debidamente informada a la población a través de un único y confiable canal comunicativo, adaptado a los tiempos que el mundo actual exige.