Paysandú, Sábado 24 de Octubre de 2009
Locales | 20 Oct Tal como, con parecido título, se hizo en esta columna durante el transcurso en 2004, del período que precedió a las elecciones nacionales de ese año corresponde analizar, sobre la base de una observación muy general, el período preeleccionario actual para poder formular, como entonces se hizo, sucinto comentario sobre los hechos y circunstancias más salientes de dicho lapso, previo a las terceras elecciones nacionales realizadas con posterioridad a la reforma de la Carta de 1996.
Dicha reforma incorporó el regimen de elección presidencial con candidatura única, o singular, reforma que tuvo el propósito de procurar que en cada partido, sin perjuicio de que existieran fracciones diversas con matices que las distinguieran o diferenciaran, se corrigiera la tendencia que las candidaturas múltiples sin duda habían provocado, consistente en una excesiva y profunda fragmentación partidaria que, tal como entonces aquí se expresó con profunda convicción, en esencia desvirtuaban el concepto de partido político.
Si bien en los partidos más fragmentados tal propósito no tuvo importante influencia en las elecciones de 1999, tal panorama mejoró en general en 2004 pues, como entonces expresamos, las colectividades políticas habían iniciado un proceso en el cual progresivamente se atenuaron desavenencias y muy duros enfrentamientos internos, para dar paso a una acción coordinada y razonablemente unificada, de la acción política partidaria lo cual sin duda, tal es nuestra opinión, está haciendo mucho bien a nuestro proceso democrático. Es verdad que se dieron en algunos casos ciertos enfrentamientos internos severos que no es lo que corresponde dentro de los partidos políticos, pero es evidente que tales casos no perduraron en tanto la campaña política avanzaba y se acercaba al lapso final que actualmente transcurre.
Debemos señalar, con agrado ciertamente, que contrariamente a lo que en cierto momento se vivió en 2004, corresponde en este momento expresar que la campaña electoral en sus múltiples manifestaciones callejeras, se ha desenvuelto sin incidentes, con normalidad, y en tal sentido fue muy claro lo que se vio el último domingo en que todas las colectividades hicieron grandes manifestaciones públicas, verbigracia en muchos lugares de la capital, y por lo que se ha visto y también a través de la información trascendida, todo fue en general normal, algo que tal como muchas veces aquí se ha destacado, prestigia interna y externamente a los procesos democráticos nacionales. Tales procesos, ciertamente, vienen desde muy lejos y fueron creados, difundidos y sustentados con tesón, no obstante sus disidencias, por los dos partidos tradicionales.
Con relación a las perspectivas que se pueden apreciar a través de las encuestas, y al margen de las disidencias entre encuestadores, lo más probable al parecer sería que en la “primera vuelta” triunfaría el Frente Amplio seguido del Partido Nacional y que habría “segunda vuelta” entre los candidatos de ambas colectividades; permite estimar en tal sentido los próximos resultados de la elección, entre otros factores, el mejoramiento estimado del caudal del Partido Colorado y del Partido Independiente. Con relación al resultado del balotaje es muy difícil adelantar posibles resultados, pero el estimado incremento de los adherentes a los partidos últimamente mencionados podría incidir a favor del Partido Nacional.
Tales algunos muy breves comentarios que con anticipación de menos de una semana, se entiende pertinente formular ante las elecciones nacionales del próximo 25 de octubre.
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