Paysandú, Domingo 25 de Octubre de 2009
Locales | 18 Oct Las mejoras en el club a distintos niveles no han alcanzado, al punto que la soga al cuello con la que trabajan los directivos día a día sigue apretando más allá de haber dado una tregua en algún momento. Y las novedades que surgen, a pesar del esfuerzo, hacen que esa soga tire mes a mes un poco más, al punto que para quienes están al frente de la institución el futuro del Club Remeros está más comprometido que nunca.
Las noticias no son buenas. En los últimos días llegó la mala nueva de un embargo del BPS por un monto de $ 140.000, correspondiente a cuatro meses de deuda del pasado año.
Pero en realidad el monto total de lo que se adeuda por dicho concepto es nada menos que $ 880.000. “Además está latente una deuda con el Banco de Seguros del Estado por $ 545.000, lo que habrá que negociar”, afirmó uno de los ex directivos, que brinda una mano junto a otros integrantes de la dirigencia que finalizó su mandato, pero que no quiere dejar a la deriva al club, ya que no se presentó nadie como candidato a asumir la dirección.
“La única manera que vemos para sobrellevar los problemas es aumentar la cuota social. Hoy tenemos a los empleados sin cobrar el salario vacacional, y solo podemos cumplir con una parte del aguinaldo. Tampoco podemos darles la vestimenta, como corresponde.
Aumentar la cuota nos permitiría hacer un convenio por la deuda en el BPS, ir al día y hacer algunas obras que se necesitan en forma urgente”, se explicó.
Tras hacer cuentas, en la última Asamblea se informó que la cuota social deberá incrementarse en un 40%, lo que terminaría por fijar una afiliación individual de $ 770, y familiar de $ 1.700 (hasta cuatro personas). Como es de suponer, el anuncio encontró resistencia en la Asamblea, que el jueves levantará el cuarto intermedio.
“Para que el club pueda seguir haciendo obras y se cumpla con las obligaciones, no queda otra que aumentar la cuota social. El precio final sería muy inferior a lo que se cobra en Montevideo, y si nos comparamos a los clubes de la capital, los insumos que se utilizan son los mismos, los salarios de los empleados también. Y allá no se cobran $ 770, sino que una cuota individual está por los $ 1.500”, se explicó.
El directivo agregó que “no se puede seguir hipotecando al club. Las cuentas se equilibraron pero se le debe al personal, al BPS, y eso no puede ser. Los números mandan”.
Lo cierto es que el jueves, cuando vuelva a reunirse la Asamblea, podría definirse el futuro del Club Remeros Paysandú. Las deudas son muchas, las mejoras que necesitan las instalaciones también. Quienes están al frente del club afirman que “aumentar la cuota permitiría solucionar en gran parte los problemas”, aunque la mayoría de los socios que concurrieron a la primera cita (unos 100 de los cerca de 500 que tiene la institución) mostraron su disconformidad con la propuesta.
Las deudas asfixian y los embargos complican todavía más la situación. Habrá que ver si el Club Remeros puede dar una última brazada en busca de una solución definitiva, o por el contrario se hunde un poco más hasta poner en serio riesgo su existencia, algo que parece no estar demasiado lejano.
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