Opinion | 19 Oct Una buena noticia, sin duda. El uso del casco permitió disminuir en un 50% el número de traumatizados en accidentes con motos y ciclomotores, de acuerdo a un relevamiento difundido en el marco de la Semana de la Seguridad, por la Unidad Nacional de Seguridad Vial. Si bien el número de accidentes sufrió un aumento en la misma medida que se incrementó el número de motos, descendieron los lesionados graves y las muertes muy levemente.
Entre las ciudades que utilizan más el casco como medio de protección en un 100% es Florida. “En muchos departamentos no era obligatorio usar casco, pero eso se corrigió y la vacuna contra el traumatismo de cráneo es el casco”, dijo a “Últimas Noticias” el director de la Unasev, Omar Rodríguez.
Sin embargo, aún hay quienes todavía no son conscientes de que se trata de una cuestión de seguridad. Existe un grupo pequeño que no empadrona el vehículo y ese no suele llevar casco. Algunos habitantes de Paysandú están demostrando ser cabeza dura, pues no comprenden que la exigencia del uso del casco es para su propia protección ante un accidente de tránsito o simple caída por causa de un pozo o un perro, que en ambos casos abundan en nuestra ciudad. 
Además, no es sólo cuestión de usar casco, sino que sea el correcto y se mantenga en buen estado. Desde el pasado 1º de junio es obligatorio el uso de cascos certificados y en diciembre de 2010 no se podrá circular sin ese tipo de casco, que tiene una vida útil de entre tres y cuatro años.
Y en eso también estamos en falta en Paysandú, donde pueden verse algunos motociclistas circulando con cascos visiblemente dañados. Es más, hay quien usó el ingenio y lo intentó reparar con la vieja y querida cinta de embalar, como si eso fuera a proteger su cabeza a la hora de una caída.
Sin lugar a dudas, se necesitan conductores conscientes, lo que se logra con educación. Si el motociclista recuerda las razones por las cuales está la normativa y que él es el primer beneficiario, entonces cambiará su conducta a la hora de subirse a una moto.