Nadie es perfecto

Locales | 25 Oct (Por Enrique Julio Sánchez, desde Estados Unidos). El próximo sábado Estados Unidos vivirá una de sus principales celebraciones, la fiesta de Halloween. Desde hace por lo menos un mes las tiendas especializadas y las por departamentos ofrecen una gran variedad de disfraces para todas las edades y presupuestos. Monstruos, superhéroes, personajes famosos, todos sanguinolentos y tenebrosos.
Pero uno de los disfraces ofrecidos por la cadena de tiendas Target (para la que trabajé como cajero el año pasado) ha levantado polémica y rechazo entre los inmigrantes. Varios grupos de defensa de los derechos de los inmigrantes han pedido a la cadena de tiendas dejar de vender un disfraz de “indocumentado”, por considerarlo ofensivo para los residentes extranjeros.
El disfraz, publicado en el sitio web de las tiendas, incluye una máscara de un extranjero con una tarjeta de residencia y un mameluco naranja con “inmigrante ilegal” escrito en el pecho.
La compañía aseguró que retirará el traje de la página de Internet y que nunca tuvo intenciones de vender el artículo, culpando a un error su puesta en el sitio. Angélica Salas, directora ejecutiva de la Coalición de Derechos Humanos de los Inmigrantes de Los Ángeles, dijo que envió un correo electrónico a la cadena, con sede en Minneapolis (Minnesota), en el que calificó al disfraz como “de mal gusto, mal intencionado e ignorante de los estigmas sociales y el debate actual sobre la reforma migratoria”.
Salas también se quejó con Wallgreens y Amazon.com que promueven productos similares. Los comentarios a favor y en contra de la inmigración son cada vez mayores, como se puede leer por ejemplo, bajo la venta de la “máscara de ilegal” en Amazon.com.
Pero por otro lado, en Carolina del Norte, una organización que combate la inmigración “ilegal” está recomendando a sus miembros adquirir el polémico disfraz de “indocumentado” en nombre de la “libertad de expresión”. El grupo Americanos por una Inmigración Legal (Alipac), localizado en Raleigh, capital del estado, y con más de 25.000 seguidores, publicó en su portal de Internet que “hay que proteger a los negocios que crearon este disfraz”.
Para Tony Asión, director ejecutivo de la organización hispana El Pueblo en esa ciudad, es una “vergüenza” que estén jugando con la situación tan difícil por la que atraviesan las familias sin estatus migratorio legal.
“Es como si estuviéramos poniendo a la venta un disfraz de ‘redneck’ como se les conoce a la gente de clase humilde de las zonas rurales. Muchos se sentirían insultados. Es lo que siente nuestra comunidad”, dijo Asión.
Pero claro, estas y otras cuestiones hoy son bien secundarias en el paisito, donde los ciudadanos concurren a las urnas para reafirmar la democracia eligiendo al próximo presidente de los orientales, entre una serie de candidatos, entre ellos un ex presidente y un ex guerrillero.
También es candidato un amigo personal, Raúl Rodríguez, el hombre de la cultura, del teatro, que ha sido llamado por su nunca ocultado fervor político y ha abandonado el escenario de musas para recorrer pueblos y ciudades llevando la propuesta del Uruguay de los años por venir de su partido.
Más allá de banderas, de discursos, de promesas, cada elector, en la soledad del cuarto electoral, hará su elección teniendo como testigo únicamente su conciencia. La suma de todas las voluntades arrojará el resultado que todos, sin excepción, deberemos respetar, dejando de lado posturas futboleras, o broncas escondidas. La responsabilidad de cada elector es votar de acuerdo a sus ideas, pero al mismo tiempo, en ese mismo instante, firma el compromiso de aceptar el resultado que surja de la suma de voluntades.
Uruguay está otra vez mirando su destino. Quizás hoy mismo salga el conductor de los años por venir. Quizás no todavía. Sea cual sea el caso, a partir de mañana, la verdadera tarea, el compromiso inalienable de todos y cada uno de los uruguayos es unir sus voluntades, independientemente de sus posturas político partidarias, en la construcción diaria del destino.
Este no depende exclusivamente de quien gobierna. Muy por el contrario, todos tenemos nuestra cuota parte de responsabilidad, pero fundamentalmente de acción. Para construir, para levantar, para crear, para sostener.
Uruguay hoy elige a sus gobernantes nacionales. Uruguay desde mañana debe buscar crecer concretamente, como cada día antes de las elecciones. Esta es la esencia de la democracia, vivir cada día como si el candidato de nuestros sueños hubiera sido el electo.
Cuando la sociedad uruguaya sea lo suficientemente madura para comprender y llevar esto a la práctica, hasta nos podremos dar el lujo de volver al estadio.
Y con voz bien fuerte y valiente, gritar eso que nos une siempre, que nos hace eternamente iguales: ¡Uruguay, nomáaa!