Opinion | 25 Oct Desde que se implementó el seguro obligatorio de automotores en el país, en nuestra ciudad han sido --SOA--, miles las motocicletas que han sido aseguradas, pero con la particularidad que entre un 70 a un 90 por ciento de los casos sus propietarios prefirieron el clásico seguro por daños a terceros por sobre la póliza básica por daños civiles creada a instancias de la nueva ley.
Esta tendencia se debe a que esta última si bien es más económica, solo sirve para cumplir con los requisitos mínimos para circular dentro del territorio nacional pero no es aceptada en otros países, mientras que por unos pocos pesos más es posible adquirir un seguro más amplio que sí habilita al vehículo a circular en el Mercosur. Acertadamente muchos pensaron que, ya que es obligación asegurar la moto, es mejor hacerlo con una póliza que permita cruzar a Colón, distante a solo 20 kilómetros de Paysandú.
Lamentablemente este es el aspecto negativo del SOA, por cuanto de mantenerse la tendencia actual en poco tiempo serán decenas de miles los motociclistas que harán sus compras en la vecina orilla, lo que puede perjudicar seriamente al comercio sanducero.
Pero hay otros aspectos que en cambio son muy positivos. En primera instancia, el seguro por daños civiles si bien es mejor que nada, es por demás insuficiente, por cuanto el monto máximo de cobertura es muy bajo y además no cubre daños materiales. Por otra parte, la actitud actual de los motociclistas tira por tierra el argumento siempre presente de que quien cuenta tan solo con una moto para trasladarse, no tiene recursos suficientes para afrontar comprar el casco, el pago de la patente, el seguro o las multas por infracciones de tránsito, por cuanto el hecho de pagar una póliza más cara solo para poder hacer compras en Argentina demuestra que tienen margen para cumplir. Lo más rescatable es que en caso de un siniestro con una moto que cuente con póliza por daños a terceros, ya sea accidental o por negligencia del conductor, el seguro cubre los daños materiales que ocasione sin importar si el dueño se declara insolvente económicamente, como era práctica habitual hasta hace unos meses.
Respecto al “efecto colateral” del contrabando, corresponde a la Dirección de Aduanas hacer su trabajo para evitar que el SOA sea la causa de una sangría económica para Paysandú.