Ruben Silva, propietario del “Amambay”

Locales | 22 Oct Si bien la incorporación de una barcaza de tiro enlentece el viaje, el mayor volumen de la carga permite abaratar el flete, destacó a EL TELEGRAFO el propietario del buque “Amambay”, Ruben Silva, mientras se descargaba el fertilizante en el puerto sanducero.
Expuso que “dentro de las posibilidades de trabajo que tenemos ahora, por haber cambiado a la bandera paraguaya, hemos podido ir al río Paraná, al puerto de San Nicolás, precisamente, para traer un flete de 1.500 toneladas de fertilizantes con destino a la empresa Agritex S.A, quienes están haciendo una experiencia en función de mejorar su logística, y esta es una primera instancia”.
Silva indicó que “lo traemos a granel y luego la empresa lo fracciona y lo distribuye entre sus clientes, desde su depósito en el puerto, lo que es una operativa que han iniciado y que aparentemente esperan hacerlo con mayor frecuencia”.
Apuntó el armador que el operador portuario es la agencia Nobleza Naviera, “que hace la descarga, en tanto nosotros, Gibamar S. A., hacemos el flete fluvial, con el Amambay y la barcaza PN 1166”, a la vez de señalar que el buque transporta 500 toneladas y las restantes mil llegaron acondicionadas en la barcaza.
Aclaró que la incorporación de la barcaza “nos permite un transporte de mayor volumen y mejorar la operativa en cuanto al precio que podemos ofrecer al cliente, aunque signifique sacrificar sobre todo horas de navegación. Hemos debido hacer una navegación más lenta, evidentemente, tomando todas las precauciones del caso, e hicimos el trayecto en menos de una semana, teniendo en cuenta que tuvimos una escala en Nueva Palmira para tomar los prácticos uruguayos”.
“En realidad tenemos un Mercosur en el viaje, porque hay baqueanos argentinos en el lado argentino, baqueanos uruguayos para operar acá y tripulación paraguaya, porque la legislación determina que con esta bandera también el capitán y el maquinista tengan que ser paraguayos”, precisó.
Sondeos por
carga de retorno
El “Amambay” pertenece a la empresa salteña Gibamar S. A. e inició sus actividades en agosto de 2007. Tiene unos 60 metros de eslora, 8 metros de manga y cala dos metros 50 a plena carga, en tanto la barcaza que amadrina también tiene 60 metros de largo por 11 de ancho, y cala dos metros con sesenta centímetros con mil toneladas a bordo.
Silva destacó a EL TELEGRAFO que se está en tratativas a efectos de intentar regresar al Sur con carga, para lo que se han hecho sondeos, lo que permitirá abaratar el flete tanto para el buque como para los empresarios que utilicen el transporte fluvial.